Rousseff presenta en el Supremo un recurso contra su destitución

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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SCHINCARIOL | AFP

Su defensa pide la anulación, un nuevo juicio y que Temer vuelva a ser presidente interino de Brasil

02 sep 2016 . Actualizado a las 07:25 h.

Dilma Rousseff lanzó su contraofensiva menos de 24 horas después de ser destituida. La defensa de la ya expresidenta de Brasil pidió ayer al Tribunal Supremo Federal (STF) anular el proceso de impeachment y celebrar un nuevo juicio.

Su abogado, José Eduardo Cardozo, presentó un recurso ante el tribunal en el que pide la «suspensión inmediata de los efectos de la decisión del Senado que condenó por crímenes de responsabilidad a la presidenta de la República» porque no tendrían «sustento» las pruebas aportadas por la acusación. Además, objeta que la ley de impeachment es anterior a la reforma constitucional de 1988, por lo que no sería válida. En el escrito se pide además restablecer la presidencia interina de Michel Temer, que juró como nuevo jefe de Estado de Brasil hasta el 1 de enero del 2019, poco después de consumarse el miércoles la destitución.

El recurso queda en manos del juez Teori Zavascki, que no tiene plazo legal para pronunciarse y podría llevar el tema al debate del pleno del tribunal. No obstante, las posibilidades de que el recurso tenga éxito se consideran muy bajas. El propio STF, el máximo órgano de la Justicia brasileña, estuvo a cargo del juicio político en el Senado y ya rechazó los recursos presentados contra el juicio político.

Tras conocerse la decisión del Senado y la jura de Temer como presidente la noche del miércoles, en una decena de ciudades hubo manifestaciones callejeras contra lo que se consideró un «golpe» con altercados en São Paulo, Porto Alegre y Florianópolis. Hubo barricadas, represión con gases lacrimógenos, carros de agua y algunos activistas lanzaron objetos contundentes a la policía y contra escaparates provocando destrozos.

«Lo peor ya pasó»

En un mensaje televisado, Michel Temer dijo que había llegado a la presidencia «tras una decisión democrática y transparente del Congreso Nacional» y anunció que «la incertidumbre llegó a su fin». «Es hora de unir al país. El camino es desafiante. Lo peor ya pasó», aseguró el presidente, y prometió garantías a los inversores para realizar «buenos negocios». La realidad es que Temer afronta un país dividido, viejos problemas y una crisis de legitimidad.

El fin de trece años de gobierno de la izquierda en Brasil cambia de color el mapa político de Latinoamérica, algo que ha disgustado al bloque bolivariano: Venezuela congeló las relaciones y Ecuador retiró a su máximo representante en Brasilia, mientras Cuba, Bolivia y Nicaragua condenaron el «golpe de Estado parlamentario». Las felicitaciones llegaron de los presidentes de Argentina y Perú. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, expresó el interés de Washington en «mantener la fuerte relación bilateral» entre «las mayores economías y democracias del hemisferio».