La mujer fue atacada por su cuñado en el año 2014, que la culpaba de su hermana le hubiese dejado
10 sep 2016 . Actualizado a las 11:19 h.Una joven india de 19 años desfigurada con ácido fue la reina de la primera jornada de la semana de la moda en Nueva York el jueves, que generó ya una primera polémica por el desfile de Kanye West.
Invitada inesperada en esta ventana al glamour que es la Fashion Week, Reshma Qureshi fue rociada con ácido en el 2014 por su cuñado, quien la culpaba de que su hermana lo hubiera dejado. Qureshi fue invitada a desfilar por el colectivo de jóvenes creadores italianos FTL Moda, del que se habla con frecuencia en las últimas temporadas más por la elección de sus modelos que por su ropa.
Hace un año, había hecho desfilar a una joven australiana con síndrome de Down, Madeline Stuart, así como a una vendedora de automóviles de Nueva Jersey, Rebekah Marine, nacida sin un antebrazo.
Esta primera jornada oficial de la FW ya había tomado un tono definidamente reivindicativo un poco antes con el desfile de Johny Dar. El artista estadounidense presentó una colección bautizada «Jeans for Refugees», de 100 vaqueros donados por otras tantas celebridades y decorados por él, cuyo producto de ventas irá a la oenegé Comité Internacional de Rescate (IRC).
«Tortura» por Kanye West
Otro aventurero del mundo de la moda, pero en un género totalmente distinto, Kanye West, había innovado también el miércoles organizando su desfile «Yeezy Season 4» al aire libre, en una isla situada entre Manhattan y Queens.
Las características del show, muy seguido, como todos los eventos con la marca Kanye West, desataron la polémica. Las críticas se han multiplicado en las redes sociales contra el tratamiento dispensado a las modelos del desfile, «una sesión de tortura», según la responsable editorial del sitio de moda The Cut, Stella Bugbee.
Decenas de jóvenes debieron esperar paradas durante horas, a pleno sol, sin moverse, el comienzo del desfile. Una de ellas se desmayó. Luego, durante el desfile, varias modelos, que calzaban botas altas de inmensos tacos, desfilaban con dificultad y una se cayó.
Pese a esas peripecias y la interminable espera del público, el artista «probablemente sea recompensado con una amplia cobertura e incluso con aplausos por una colección que fue, por decir lo menos, previsible», se indignó Jessica Iredale, del sitio especializado Women's Wear Daily.