El impulsor del «impeachment» de Dilma Rousseff, a punto de ser destituido por corrupción

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Eduardo Cunha, que llevó a la expresidenta al juicio político que le costó el cargo, es el principal implicado en la red de sobornos de la Petrobras

12 sep 2016 . Actualizado a las 16:56 h.

El diputado que llevó personalmente la iniciativa de iniciar el juicio de destitución de la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, Eduardo Cunha, afrontaba este lunes una votación sobre su propia destitución. La Cámara de Diputados de Brasil tiene previsto votar por la noche sobre la revocación definitiva del mandato de Cunha, suspendido desde mayo por el Tribunal Supremo por acusaciones de que obstaculizó investigaciones de corrupción en su contra.

En Brasilia se estima que una mayoría de la Cámara baja podría votar a favor de la destitución de Cunha, que fue oficialmente presidente del Parlamento hasta julio. Cunha, correligionario del ahora presidente Michel Temer en el centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), aceptó en diciembre a trámite en la Cámara de Diputados las denuncias que condujeron a la destitución de Dilma Rousseff.

La ex jefa de Estado y sus aliados acusan al otrora poderoso presidente de la Cámara de haber impulsado el juicio de impeachment en represalia por el apoyo del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de la mandataria a las investigaciones en su contra. Cunha está bajo sospecha de haber recibido sobornos en el escándalo de corrupción en torno a la petrolera semiestatal Petrobras, investigado en una gigantesca operación policial conocida como Lava Jato.

El político evangelista es en estos momentos uno de los principales objetivos de la investigación anti-corrupción, considerada como la más grande en la historia de Brasil. Las acusaciones salpican tanto al PMDB como al PT, entre otras formaciones políticas. El Consejo de Ética de la Cámara de Diputados acusa además a Cunha de mentir al haber negado que tiene cuentas bancarias en Suiza, como sostiene la investigación.

El diputado por el estado de Río de Janeiro reiteró sus acusaciones de que su destitución es una venganza de sus adversarios políticos. «Los defensores del PT quieren mi cabeza para tener su trofeo», dijo Cunha en declaraciones al diario Folha de São Paulo. «La versión del 'golpe' necesita mi destitución», agregó.

Los aliados de Rousseff acusan a Cunha de ser uno de los principales artífices de la controvertida destitución de la expresidenta, que consideran un «golpe parlamentario». El Senado brasileño destituyó hace dos semanas a Rousseff por acusaciones de que su Gobierno maquilló el déficit público y aprobó créditos sin la autorización del Legislativo. La ex mandataria acusa a varios acusados por corrupción de estar detrás del proceso de impeachment.