Jesús Vázquez: «El directo me da morbo, es un subidón de adrenalina enorme»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

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El programa de talentos abre hoy su cuarta edición con el regreso de Melendi y más sonidos alternativos

21 sep 2016 . Actualizado a las 07:40 h.

Cuatro ediciones después de su estreno, el presentador Jesús Vázquez (Ferrol, 1965) sigue emocionándose con el concurso La voz y las historias de sus aspirantes. «Me conmueve descubrir a esos talentos que están a nuestro alrededor, uno es conductor de autobús, otra es pescadera, otra trabaja en una panadería...», confiesa. El programa estrena esta noche una nueva temporada con Alejandro Sanz, Malú, Manu Carrasco y el reincorporado Melendi como coaches

-¿Seguirá sorprendiendo «La voz» cuatro ediciones después?

-Tendremos novedades como el esperadísimo regreso de Melendi, nuestro hijo pródigo, que tras la primera edición se fue a vivir la vida y a poner en marcha otros proyectos, como en la parábola, y ahora ha vuelto y lo hemos recibido con los brazos abiertos. Echamos de menos a Laura [Pausini], pero ella volverá. Por lo demás, la mecánica del concurso es la misma, porque es un formato que se emite con éxito en más de cien países y está perfecto como está, así que no hay que tocarlo. Habrá una novedad en la mecánica al final de las batallas que le dará muchísima emoción, pero de momento no se puede contar.

-Tras la preponderancia del flamenco en anteriores ediciones, ¿habrá novedades en el repertorio musical?

-Por primera vez se han acercado a las pruebas un tipo de artistas y músicos que no son los habituales en televisión; gente que vive la música de otra forma y pensaba que mezclarla con un concurso no era su rollo. Hay gente muy moderna y alternativa, sonidos que no habíamos oído en las audiciones, música más underground, gente que rapea... Estamos muy contentos, porque toda esa gente nos ha dicho: «Sí, nos habéis demostrado que amáis la música, la defendéis, tocáis en directo en televisión...». En cuanto al flamenco, es una música muy nuestra y no podemos renunciar a ella. Nosotros abrimos las puertas y todo el mundo es bienvenido para las pruebas. Se da la circunstancia de hay un porcentaje alto de flamenco, un género que comprende un abanico enorme. A mí no me molesta, porque me encanta el flamenquito, pero también me gusta que este año se oigan otros tipos de música, porque La voz está abierta a todos los géneros. Me encantó que el primer año ganara un heavy, me pareció la bomba. Y si este año la gente quiere que gane el más flamenco, la audiencia es libre y soberana y se hace el moño donde le da la gana. 

-Unos prefieren las audiciones a ciegas, otros las batallas. ¿A usted, de todas las fases del concurso, cuál le emociona más?

-Yo lo vivo todo con mucha emoción, como si los que cantan fueran de mi familia, porque yo sé sus historias, lo que hay detrás, su lucha, lo que han pasado en la vida hasta llegar ahí, y enseguida empatizo con las abuelas, con las madres, con todos... Las batallas son emocionantísimas, y más con las novedades que introduciremos. Y después, yo muero por los directos. Lo que más me gusta es estar en directo, me da morbo, un subidón de adrenalina y una tensión enormes. Estoy deseando que lleguen.

-Ha renunciado a repetir como juez en la próxima edición «Got Talent». ¿Se siente más a gusto en la piel de presentador que en la de jurado?

-El formato de Got Talent es maravilloso y le deseo toda la suerte del mundo, pero el papel de jurado en ese formato es muy duro para mí y descubrí que a mí no me gusta juzgar. En La voz, cuando los coaches aprietan el botón es para decir algo positivo. Es más fácil ser juez de La voz, porque si tú no quieres a alguien simplemente no te giras y, si lo haces, es para decirle cosas bonitas. En Got Talent ocurre lo contrario. Si aprietas el botón es para decir: «Quiero que te vayas del programa, porque no me gusta lo que estás haciendo». Eso es durísimo. No me gustó la experiencia de juzgar a los demás, porque no me gusta que me juzguen a mí. No me creo nadie para enjuiciar el talento de una voz, un bailarín, un acróbata, incluso de un buen mago, que tuve mis más y mis menos con los magos... No me sentí cómodo en ese papel de estar por encima de los demás, porque no me siento así en la vida. Así que pedí a mis jefes que me relevaran y quedó una vacante, que cubrirá Risto Mejide. Por mi experiencia trabajando con él, creo que sí vale para ese puesto y lo va a hacer muy bien.