El hombre que apostó todo al no sigue la batalla en un PSOE roto

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

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SUSANA VERA | Reuters

Sánchez abandona el Congreso presionado por Susana Díaz, pero le declara la guerra como adalid de las bases

30 oct 2016 . Actualizado a las 09:18 h.

En realidad, Susana Díaz no quería un secretario general sino una especie de secretario a secas que gestionara los asuntos corrientes del PSOE hasta que ella decidiera cruzar Despeñaperros. Para desempañar esa tarea que pretendía pasajera y coyuntural eligió a Pedro Sánchez, un diputado que llegó de rebote al Congreso tras la renuncia de Cristina Narbona en enero del 2013, totalmente desconocido para el gran público, sin experiencia, al que se veía en el partido como un político prometedor.

La presidenta andaluza puso toda la carne en el asador para que ganara a Eduardo Madina en las primarias de julio del 2014, que se llevó con el 49 % de los votos. Los apoyos que cosechó en Andalucía, gracias a los que más tarde darían el golpe de mano para deponerlo, resultaron decisivos. Como suele suceder en estos casos, Díaz se dio cuenta muy pronto de que Sánchez pretendía volar por su cuenta, sin atender a los requerimientos de los barones, y que no iba a poder controlarlo.

Se rompen los puentes

Poco a poco se fueron rompiendo los puentes. Tras la derrota socialista el 20D hubo una operación en marcha para sustituirlo. Pero los barones decidieron esperar hasta mejor ocasión. El nuevo retroceso el 26J, aunque evitara el sorpasso de Unidos Podemos que las encuestas daban por seguro, reavivó las críticas. A lo largo de nueve meses y hasta hoy mismo, Pedro Sánchez se aferró al no es no como bandera política, convirtiéndose en una suerte de Doctor No de la política española. Cierto es que en el PSOE tan solo contadas excepciones como Guillermo Fernández Vara o Josep Borrell abogaron por la abstención. De hecho, el comité federal de julio mantuvo la resolución aprobada sin oposición el 28 de diciembre que propugnaba el rechazo a investir a Rajoy.

Un partido fracturado

Los entonces críticos y hoy oficialistas esperaron al anunciado nuevo fracaso en las elecciones gallegas y vascas para asestar el golpe final, primero mediante la dimisión de 17 miembros de la ejecutiva y luego derrotando la propuesta de Sánchez de adelantar las primarias y el congreso, en una huida hacia adelante de este para tratar de salvarse de la quema. El resultado de esta lucha intestina es un partido fracturado, un solar, en palabras del propio presidente de la gestora, Javier Fernández, que requiere ser reconstruido.

En su corto mandato de poco más de dos años, Sánchez se ha enfrentado a dilemas de difícil resolución. Así, decidió mantener el no a Rajoy contra viento y mareas, resistiendo a todas las presiones, aunque sabía que con su postura inflexible, Sánchez sabía que pisaba terreno pantanoso y además se había desconectado a propósito de los poderosos barones. Su resistencia a ultranza le ha acabado costando la secretaría general y el acta de diputado. Puesto en la disyuntiva de abstenerse, votar no o dimitir, eligió la más favorable para sus intereses futuros y en coherencia con lo que ha defendido. Susana Díaz y Javier Fernández no admitieron la abstención técnica de 11 diputados, con lo que le ponían en esa endiablada tesitura parara obligarlo a marcharse. En cierta forma han hecho de Sánchez un mártir y un héroe de parte de la militancia que mantiene el no a Rajoy.

Desobedecer al comité federal habría equivalido a un suicidio político y a cerrarse las puertas de un hipotético regreso, tratándose de un exsecretario general. La contrapartida de elegir marcharse, eso sí haciendo todo el ruido posible, es quedarse fuera del Congreso, donde hace mucho frío, y es difícil hacerse notar.

Contra el aparato

Sánchez dejó claro ayer que está dispuesto a ir a la guerra con la gestora, es decir contra Díaz, que es quien la controla con mano de hierro. Cree contar con la mayoría de las bases socialistas, que con al final la que tendrá que elegir al secretario general. Ciertamente las agrupaciones locales y la mayoría de los militantes se han pronunciado a su favor durante estos días. Pero esa es la situación a día de hoy. La gestora dirigida por el presidente asturiano va a tener en sus manos el manejo de los tiempos, algo fundamental en estos procesos de elecciones internas. Las convocará cuando más convenga a Susana Díaz para presentarse ella misma, como ahora mismo figura en sus planes, o delegar en alguien de su máxima confianza que no le salga rana, si ve que su figura se ha quemado. Sánchez tendrá en contra al aparato, lo que en el PSOE no suele ser decisivo, como demostró por el triunfo de Borrell sobre Almunia.

Los aspirantes

La presidenta andaluza cuenta con el factor tiempo, con que se visualice una dura labor de oposición de los socialistas en el Congreso, con algunas victorias puntuales que lleven a Rajoy a dar marcha atrás en sus leyes más criticadas, para presentarlo como muestra de que el PSOE no se ha rendido. La apoyan los presidentes autonómicos socialistas, excepto la Francina Armengol, figuras históricas empezando por Felipe González, y la potente federación andaluza, la que más militantes tiene.

Pero hay otros pretendientes que esperan la ocasión para presentarse como una tercera vía a Díaz y Sánchez, a los que consideran incapaces de recomponer un partido fracturado. Uno podría ser el exlendakari Patxi López, un político con larga experiencia y prestigio en el PSOE, que ha defendido el no pero al final ha cumplido con la disciplina de voto. Contaría con el respaldo del poderoso grupo rubalcabista. También Borrell se ha convertido en un referente para buena parte de la militancia con un discurso moderado pero firme ante los barones.

Los apoyos con los que cuenta el ex secretario general

Con parte de su ejército y sus lugartenientes huidos al otro bando, a Sánchez le quedan algunas federaciones de peso medio, como Castilla y León, Baleares y País Vasco, además de parte de Madrid y la Comunidad Valenciana, y veteranos como Borrell. Está por ver si podrá contar con el apoyo del PSC o si para cuando haya primarias, Ferraz habrá revisado la relación bilateral y, entre otros aspectos, retiraría a los socialistas catalanes del censo para votar en las primarias.

Los otros protagonistas del futuro

Jose Manuel Pedrosa | EFE

Susana Díaz

 Dispuesta a competir. Encabezó la operación para deponer a Sánchez y está dispuesta a optar a la secretaría general, a pesar del desgaste que ha sufrido entre una parte de la militancia. La apoyan los presidentes autonómicos y Felipe González

Ballesteros | EFE

Patxi López

La tercera vía. El exlendakari y efímero presidente del Congreso puede representar la tercera vía entre Díaz y Sánchez. Cuenta a su favor con su amplia experiencia política y el respaldo de los rubalcabistas

J.L.Cereijido

Javier Fernández

Marcará los tiempos. El presidente asturiano no tiene aspiraciones a liderar al PSOE a día de hoy. Pero tendrá un papel fundamental a la hora de marcar los tiempos de las primarias y del congreso federal, para lo que se tomará su tiempo

M. MORALEJO

Josep Borrell

La esperanza. Ha emergido del terremoto socialista como un referente de moderación y sentido común entre buena parte de las bases, que ven en él la posibilidad de reconstruir al PSOE. De momento carece de apoyos relevantes