La continuidad de la número dos abre una brecha en el PP

N. V. MADRID / COLPISA

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PIERRE-PHILIPPE MARCOU | afp

La gestión de Cospedal en la secretaría general del PP ha estado seriamente cuestionada en los últimos años a nivel interno

06 nov 2016 . Actualizado a las 17:30 h.

Probablemente pretendía lo contrario. Zanjar los rumores sobre la posibilidad de ser relevada de sus funciones como secretaria general del PP ahora que es ministra de Defensa. Pero María Dolores de Cospedal solo consiguió este viernes soliviantar al partido dando por hecho que ella seguirá siendo la número dos de la formación después del congreso nacional que se celebrará a principios del 2017 y enterrando toda esperanza de renovación en la cúpula de los populares.

La seguridad con la que anunció que no renunciará a su puesto en la jerarquía del PP y la imagen que transmitió su entorno llevó a algunos dirigentes a concluir que su permanencia en la dirección estaba pactada y cerrada con Mariano Rajoy en las conversaciones que ambos han mantenido en la Moncloa en los últimos días. Pero fuentes populares descartan que así sea y apuntan a que trata de presionar para que sus aspiraciones se vean cumplidas. La gestión de Cospedal en la secretaría general del PP ha estado seriamente cuestionada en los últimos años a nivel interno. Su desaparición de la escena pública tras las explicaciones confusas sobre la «indemnización en diferido» al extesorero, Luis Bárcenas, y el vacío en la sala de mandos del partido cuando tuvo que compaginar el cargo con la presidencia de Castilla-La Mancha llevaron a multitud de dirigentes territoriales de la formación a reprochar que no había nadie al frente de la formación. En este escenario, cuando Rajoy decidió en junio del 2015 renovar la dirección con la llegada de nuevos y jóvenes vicesecretarios y puso a su jefe de Gabinete, Jorge Moragas, a dirigir la estrategia en un año electoral, muchos entendieron que había dejado en el cargo a Cospedal simplemente para compensar su lealtad. Y pese a que la secretaria general se ha dedicado en los últimos meses a reactivar sus relaciones con las organizaciones autonómicas y a recomponer sus posiciones, hay quien ha visto en su nombramiento como ministra de Defensa una puerta abierta a que abandone sus responsabilidades en la formación.