La UE da luz verde a que Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega mantengan los controles en su frontera interior

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ZOLTAN MATHE | EFE

Esta semana expiraba una autorización temporal que les permitía mantener la vigilancia reforzada dentro del espacio Schengen desde que se agudizó la crisis de refugiados

11 nov 2016 . Actualizado a las 12:14 h.

Los Veintiocho han dado este viernes luz verde a que cinco países del área sin fronteras Schengen (Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega) prorroguen los controles que realizan en su frontera interior hasta un máximo de tres meses, y supeditado a una evaluación constante que confirme la necesidad de esta medida por «circunstancias excepcionales».

El respaldo de los Estados miembros a la propuesta de la Comisión Europea de dar a estos países hasta febrero se produce un día antes de que expire una autorización temporal previa, que les permite mantener esta vigilancia reforzada y sistemática dentro del espacio Schengen desde que se agudizó la crisis de refugiados.

Para que los países que lo han solicitado puedan seguir sometiendo el paso fronterizo a la vigilancia sistemática, se les exige, sin embargo, que sus autoridades evalúen semanalmente la necesidad de los controles y que remitan cada mes un informe al Ejecutivo comunitario con datos que lo avalen.

También deberán asegurar que se trata de una medida «de último recurso», tomada después de que otras alternativas no hayan funcionado. «Nuestro objetivo último es volver al sistema Schengen tan pronto como sea posible», ha asegurado el ministro de Interior eslovaco y presidente de turno de la UE, Robert Kalinak, tras la decisión a 28.

El ministro ha destacado que la prórroga es «sólo de tres meses» y que estará sujeta a «obligaciones» más severas que en el periodo anterior. El reglamento prevé la posibilidad de prorrogas de seis meses hasta sumar un periodo máximo de dos años.

Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega restablecieron los controles sistemáticos en varias de sus fronteras terrestres entre mayo y junio pasados, alegando una presión migratoria excepcional, difícil de controlar y registrar y que ponía en riesgo su seguridad.

Bruselas ha aceptado que levantar los controles en la situación actual podría implicar un incremento de los «movimientos secundarios» de inmigrantes irregulares y sumarse al «gran número» de demandas de asilo ya recibidas por estos cinco países.

Por ello, firmó una recomendación de prórroga hasta el próximo febrero, refrendada este viernes por los Veintiocho, basándose en que la presión migratoria sería aún una «carga muy pesada» para los servicios públicos y autoridades de los miembros de Schengen afectados.

Sin embargo, la autorización está condicionada a una serie de factores, incluido el mantener conversaciones con los países Schengen limítrofes, para asegurar que los controles se llevan a cabo únicamente en las zonas definidas explícitamente en el permiso y de manera «necesaria y proporcionada».

Los controles deben ser «específicos y limitados en su alcance, frecuencia, localización y tiempo a lo que es estrictamente necesario», según ha recalcado el Consejo, con el objetivo de responder a una «amenaza grave» y salvaguardar el orden interno y seguridad pública.

La posibilidad de reintroducir controles sistemáticos en el espacio sin fronteras está previsto en el Código Schengen, en casos en que una evaluación del mecanismo detecte «debilidades» en partes de la frontera exterior.

Los problemas de Grecia para contener la llegada de miles de demandantes de asilo a su territorio, desde donde emprendían el camino sin registro hacia otros países de la UE, propició que se reintrodujeran los controles interiores de manera temporal en determinadas zonas, con el aval del resto de países Schengen.