Ada Colau deberá someterse a una moción de confianza

Europa Press

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ANDREU DALMAU | Efe

La oposición en bloque ha rechazado su propuesta de presupuesto

15 nov 2016 . Actualizado a las 20:57 h.

La oposición de Barcelona en bloque ha rechazado este martes la propuesta de Presupuesto del Gobierno de Ada Colau, que deberá recurrir a una cuestión de confianza si quiere aprobar las cuentas, después de que la comisión de Economía y Hacienda haya rechazado aprobarlas inicialmente.

Con 15 votos a favor y 26 en contra, han rechazado las cuentas CiU, C's, ERC y el PP, como ya habían anunciado, y también la CUP, que no había revelado su voto hasta la comisión, por lo que sólo han votado a favor de la propuesta el Gobierno de BComú y el PSC, rechazando así dar trámite a las cuentas, cuya aprobación definitiva debería haberse abordado en el pleno de finales de diciembre.

La propuesta presupuestaria del Gobierno municipal estaba cifrada en 2.580,5 millones de euros -un 4,7% más que en 2016, sumando el Presupuesto prorrogado y la ampliación de crédito-, con un gasto corriente de 2.151,4 millones -con 323,4 millones para gasto social- y 429,1 millones para inversiones.

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha recordado que los ayuntamientos cuentan con la cuestión de confianza como herramienta para evitar quedar bloqueados, aunque ha insistido en que el Gobierno municipal hubiese preferido «un Presupuesto con acuerdos y enriquecidos por la oposición». Garantizó que Barcelona tendría sí o sí Presupuesto -recurriendo si era necesario a la cuestión de confianza- después de que la oposición no haya logrado concretar una moción de censura, con una «escenificación que llevó a una situación esperpéntica sólo viable con grupos que se atacan permanentemente y que no tienen nada que ver entre sí», según él.

El proceso para aprobar los Presupuestos vinculados a una cuestión de confianza se inicia con la preparación de un decreto para ponerlo a exposición pública, y previsiblemente el pleno del 23 de diciembre votará las cuentas dentro de este mecanismo y, si no se aprueban, se abrirá el plazo de un mes para que los grupos municipales presenten una moción de censura. Si en este plazo la oposición no logra presentar esta moción de censura - que requiere mayoría absoluta, al menos 21 concejales - y proponer un candidato alternativo a la Alcaldía, el Presupuesto queda aprobado automáticamente una vez agotado este mes.

Pisarello ha asegurado que no ha habido una predisposición del Gobierno municipal de no negociar y optar por la cuestión de confianza, sino que ha sido en la oposición donde ha habido una predisposición a votar en contra, y ha defendido que las cuentas propuestas son positivas y reflejan una nueva agenda política de cambio con una propuesta social redistributiva.

La concejal socialista Montserrat Ballarín ha recordado que las cuentas de Barcelona están saneadas y que se deben poner al servicio de los que más lo necesitan, por lo que ha criticado la «poca receptividad» del resto de grupos, y ha destacado la valentía del Gobierno municipal para romper el corsé de la Ley de Estabilidad Presupuestaria al superar el límite de gasto, en sus palabras.

Críticas de la oposición

La concejal de CiU Sònia Recasens ha criticado que el Gobierno municipal no ha querido pactar el Presupuesto y ha preferido quedarse aislado, tras lo que ha advertido de que no se puede gobernar a base de cuestiones de confianza, a las que se debe llegar «después de haber hecho el máximo esfuerzo por el consenso», algo que asegurado que no ha hecho el ejecutivo de Colau.

La líder municipal de C's, Carina Mejías, ha reprochado la actitud enrocada y antidemocrática que ve en el ejecutivo hacia los grupos de la oposición: «Lo que digan el resto de grupos municipales les trae sin cuidado», ha dicho, y ha alertado de que se quieren disminuir la inversión en políticas sociales y sobrepasar el límite de gasto.

El republicano Alfred Bosch ha asegurado que el Gobierno de Colau les ha «obligado a votar en contra, porque incumplen con la ciudad y con sus propias promesas» el 98,3% de los militantes de ERC abogan por rechazar las cuentas, según él, y ha lamentado que planteen aprobar los Presupuestos en minoría con la cuestión de confianza cuando es un mecanismo alejado de la nueva política, según Bosch, que condicionó la negociación de las cuentas a que el Parlament tramitara también sus Presupuestos.

El edil popular Javier Mulleras ha dicho que estos son unos Presupuestos «en minoría y en contra de la mayoría del Ayuntamiento y de los barceloneses», y ha asegurado que el Gobierno municipal quiere imponer unas cuentas con opacidad y con la fiscalidad al máximo, y basar el incremento de sus ingresos en subidas del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), de la recaudación de parquímetros y a través de los ingresos del Estado.

Josep Garganté (CUP) ha sostenido que el Gobierno municipal cada vez está más aislado y que trabaja desde la tranquilidad de que aprobará las cuentes con la cuestión de confianza, según el concejal, que ha criticado que BComú se ha convertido en lo que quería combatir -también por gobernar con el PSC-, tras lo que ha citado unas palabras que usó el exlíder municipal de ICV Ricard Gomà contra el exalcalde Xavier Trias, que ahora cree que pueden aplicarse a Colau: «La alcaldesa ha certificado su aislamiento político y social».