El nombramiento del ultra xenófobo Bannon provoca repulsa en EE.UU.

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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CARLO ALLEGRI

Demócratas y republicanos advierten contra el discurso del odio del asesor de Trump

15 nov 2016 . Actualizado a las 18:05 h.

Es complicado saber quién de los dos tendrá más poder, aunque si hay algo claro es que los primeros nombramientos de Donald Trump buscan un equilibrio entre la base populista que le dio la victoria y la élite republicana que necesita en el Congreso para hacer realidad sus promesas electorales. Una de cal y una de arena.

Esto es lo que representan Steve Bannon y Reince Priebus como jefe de estrategia y jefe de gabinete, respectivamente. El segundo es visto con alivio (al menos un miembro del establishment estará en la Casa Blanca), pero la indignación y la repulsa han saltado con Bannon.

«La elección de Bannon debería ponernos a todos muy nerviosos», advirtió el senador Bernie Sanders. Su inquietud fue compartida por la líder de la minoría demócrata en el Senado, Nancy Pelosi, quien aseguró que «llevar a Bannon a la Casa Blanca es una señal alarmante de que Trump sigue comprometido con la visión del odio y la división que definió su campaña». Hasta en las filas republicanas se ha dado la voz de alarma: «La extrema derecha racista y sexista está representada a pocos pasos del despacho oval. Estate muy alerta América», decía John Weaver, estratega del partido conservador.

Priebus tuvo que salir en defensa de Bannon. «Fue una fuerza para bien en la campaña. Yo no he visto ninguna de esas cosas por las que la gente está protestando», dijo en Fox, minutos después de que el exlíder del Ku Klux Klan David Duke definiese el nombramiento como «muy interesante».

La indignación se ha manifestado también en boca de las organizaciones de derechos civiles. Como Southern Poverty Law Centre, que ha pedido a Trump que anule el nombramiento de Bannon porque «fue él quien hizo que el portal de noticias Breibart News se convirtiera en un centro de propaganda étnico-nacionalista blanca». El Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidense recordó que la web publicó «historias racistas contra mujeres, negros e inmigrantes». «Es una figura que asusta a muchos estadounidenses», insistían. La Liga Antidifamación, una organización judía, calificó de triste el nombramiento de Bannon.

«Solo blancos»

La llegada de Bannon a la Casa Blanca viene acompañada con datos que evidencian el aumento del racismo en el país. Según el FBI, los crímenes de odio contra las minorías aumentaron un 7 % en el 2015. Los que más se han incrementado son los casos contra musulmanes: un 67 %, el nivel más alto desde el 11S. Todos los días se difunde una agresión. Ayer en Silver Spring (Washington), una iglesia latina amaneció con pintadas que el lema «Nación Trump. Solo blancos».

El senador Bernie Sanders respaldó ayer las movilizaciones contra el presidente electo, porque «la gente está molesta y quieren expresar que están muy asustados y muy, muy en desacuerdo con el señor Trump». Mientras miembros de su partido pedían en la Cámara de Representantes una investigación sobre el posible conflicto de intereses en el que podría incurrir Donald Trump al no haberse desvinculado de The Trump Organization, el emporio empresarial que le ha servido de trampolín para llegar a la Casa Blanca.

Un altavoz de la derecha radical que admira a Lenin

Provocador, polémico y, para muchos, directamente racista y misógino. A sus 62 años, Steve Bannon es uno de los miembros más inquietantes del círculo de confianza de Donald Trump. Nació en Norfolk (Virginia) y se crío en una familia demócrata de origen irlandés. Su ideología cambió de bando con la llegada de Ronald Reagan al poder, aunque la crisis financiera le acabó convenciendo de que los políticos estaban destruyendo el país. «Lenin quiso destruir el Estado y ese es también mi objetivo. Quiero derribarlo», confesó Bannon al calificarse de leninista a The Daily Beast, en el 2014.

Su experiencia profesional la repartió entre la Marina de Estados Unidos y el banco Goldman Sachs, para después producir varias películas en Hollywood y varios documentales controvertidos: Occupy Unmasked (cuyo objetivo era denunciar al movimiento Ocupa Wall Street) y Clinton Cash (una crítica feroz a los negocios del matrimonio Clinton).

Pero sin duda, su labor más polémica fue la que desempeñó como presidente ejecutivo de Breibart News, plataforma de la conocida como alt-right (la derecha radical) y desde donde ha cargado sin mesura contra inmigrantes, judíos y musulmanes, también contra homosexuales y mujeres progresistas. En Breitbart se han visto titulares como «¿Preferirías que tu hijo tuviese feminismo o cáncer?», alabanzas a la bandera confederada y teorías de la conspiración, como que Barack Obama no había nacido en el país. Bannon nunca ha escondido su desprecio por los líderes demócratas y por los republicanos más moderados. Bloomberg Politics le definió como «el agente político más peligroso de EE.UU.»

Íntimo de Sarah Palin, el nuevo jefe de estrategia de la Casa Blanca se unió al equipo de Trump en agosto, después de la dimisión de Paul Manafort como jefe de campaña. Meses antes y desde Breibart News, había defendido desde los proyectos más polémicos del magnate con uñas y dientes a la agresión a una periodista de su propia plantilla, Michelle Fields. Poco o nada han importado estos detalles a Trump quien ha hecho de Bannon, uno de sus más fieles asesores.