Rajoy advierte al PSOE que la duración de la legislatura es responsabilidad de todos

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

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BENITO ORDOÑEZ

Promete diálogo, pero insinúa que habrá elecciones si le rechazan los Presupuestos

15 nov 2016 . Actualizado a las 08:08 h.

Mariano Rajoy no pierde oportunidad para dejarlo claro. Lo dijo en la sesión de investidura y lo repitió ayer ante la cúpula del PP y sus ministros: «Tan malo es no tener un Gobierno como tener un Gobierno al que no se deje gobernar». Lo que traducido quiere decir que si no logra sacar adelante los Presupuestos convocará elecciones, lo que podrá hacer a partir del 3 de mayo. Según algunas fuentes, miembros del Ejecutivo ya se lo habrían trasladado a la Comisión Europea. Como presidente, tiene la capacidad de manejar los tiempos y de usar esa arma como ultimátum, sobre todo ante un PSOE en horas bajas. Fiel a su estilo, lo dejó en el aire y dijo que «ahora no hay, al menos en principio, nunca se sabe pero no hay, elecciones en el horizonte». Luego, en la rueda de prensa con el primer ministro portugués, Antonio Costa, sostuvo que no tiene plan B en caso de que no se aprueben las cuentas públicas.

Líneas rojas

El presidente señaló que será una legislatura de «mucho diálogo, mucho pacto y mucho acuerdo», pero dejó claro que «esto nos obliga a todos», no solo al Gobierno y al PP. «Todos debemos ser conscientes de que nadie puede imponer de manera absoluta su voluntad y nadie puede impedir el ejercicio razonable de la acción de gobierno», insistió. Además, volvió a avisar que las negociaciones con la oposición tienen unas líneas rojas que no va a traspasar, sus políticas económicas. No está dispuesto a que se liquiden, por «puros prejuicios ideológicos», las reformas que «son eficaces y buenas para el conjunto de nuestro país».

En todo caso, envió el mensaje de que el PP está en condiciones de ganar por más diferencia unos hipotéticos comicios. «La gente castiga cuando cree que debe hacerlo a una determinada fuerza política, luego también es capaz de premiar a esa misma fuerza política si ve que se han producido rectificaciones y se empieza a actuar de otra manera», sostuvo. En ese sentido, se refirió a las medidas adoptadas para combatir la corrupción, para que, dijo, «cuanto antes quede simplemente como una parte dura, difícil y no agradable de la historia de España».

El PSOE no está dispuesto a facilitar la aprobación de los Presupuestos. El presidente de la gestora, Javier Fernández, ve «muy remotas» las posibilidades de que el PSOE las apoye. Susana Díaz acusó a Rajoy de «chantaje» por amenazar con elecciones. «¿No dijo que iba a dialogar? Pues empezamos mal; le falta decir, como los niños egoístas cuando pierden, que se lleva el balón», ironizó. La presidenta andaluza dijo que considera «imposible» que el PSOE apoye los Presupuestos. Albert Rivera pide celeridad a Rajoy para negociar los Presupuestos sobre la base de los acuerdos que pactaron para investirlo presidente, que descartan los recortes de gasto y prevén un aumento de los ingresos. De hecho, ya ha designado su equipo negociador. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, apuntó que «tal como están las cosas» su partido no apoyará las cuentas.

Convocará la conferencia de presidentes este año y espera que acuda Puigdemont

Antes de que acabe el año. Ese plazo se dio Mariano Rajoy para convocar en el Senado a la conferencia de presidentes que tiene que abrir la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica. Una cita a la que ya ha adelantado que no acudirá el catalán Carles Puigdemont, inmerso en un proceso secesionista y que, en todo caso, reclama una negociación bilateral. El presidente del Gobierno mostró su deseo de que Puigdemont asista finalmente a la reunión. «Nada se pierde por asistir a una reunión de estas características», aseguró. Explicó que es bueno que el Gobierno y los diferentes jefes de los Ejecutivos autonómicos dediquen una jornada a opinar de lo que cada uno estime «oportuno» y «conveniente».

Financiación autonómica

Entre los asuntos a abordar citó los retos para cumplir los compromisos con Europa, las medidas para consolidar el crecimiento y la creación de empleo y el nuevo sistema de financiación autonómica. «Hablar es siempre positivo, a veces se llega a acuerdos y a veces no, pero a mi me gustaría que Puigdemont viniera y que vinieran todos. Si no quiere hacerlo, yo no puedo hacer nada», insistió.

En todo caso, el presidente del Gobierno se mostró abierto al diálogo con Puigdemont, con el que recordó que quedó en que hablarían «en próximas fechas». «Estoy dispuesto a hablar, pero hay algunas cosas que no se deben hacer, como los contratos de adhesión e ir en contra de la soberanía nacional o contra las normas de convivencia», recalcó Rajoy.