La Eurocámara exige congelar la adhesión de Turquía a la UE

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

ADEM ALTAN | AFP

Los Gobiernos ignoran la demanda por miedo a Erdogan

25 nov 2016 . Actualizado a las 07:27 h.

Las salvajes purgas turcas pasan la primera factura al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Tras cuatro meses ininterrumpidos de detenciones arbitrarias, despidos y represión violenta contra miles de opositores, periodistas, profesores, funcionarios, militares y activistas, la Eurocámara ha exigido a los líderes europeos que congelen el proceso de adhesión de Turquía a la UE.

«No podemos mirar a otro lado. Tenemos que enviar un mensaje claro y es que no podemos seguir hablando vista la situación actual», señaló el líder de los populares, Manfred Weber, a pesar de que algunos miembros de su grupo, incluidos españoles, se negaron a apoyar una resolución donde se reconoce que Erdogan «no hace sino alejar a Turquía de la vía europea» cada vez que ejecuta «desproporcionadas medidas represivas» contra quienes considera responsables del fallido golpe de julio. 

Hasta 479 miembros de todas las familias políticas del Parlamento Europeo, a excepción de los grupos liderados por el euroescéptico británico Nigel Farage (UKIP) y la ultraderechista francesa Marine Le Pen (FN), refrendaron la propuesta de suspender sine die las negociaciones de adhesión que arrancaron en el 2005 y que la propia Comisión Europea ya daba en la práctica por estancadas tras constatar una «muy preocupante» deriva autoritaria de Erdogan. «No podemos permanecer más tiempo en silencio», indicó el líder de los socialdemócratas, Gianni Pittella, quien también aclaró que la medida no es un castigo a los turcos sino un mensaje a su Gobierno. 

Fuera de la burbuja eurocrática las reacciones son menos vehementes. Los Gobiernos nacionales no están dispuestos a atender las demandas del Parlamento Europeo, cuya resolución no tiene valor jurídico. El Consejo es el que decide en la práctica y no existe apetito para cesar oficialmente las negociaciones. Los 28 se conforman con lanzar mensajes de desaprobación desde otras instituciones sin capacidad de decisión para contentar a la mayoría de los ciudadanos franceses y alemanes que rechazan conceder el acceso aTurquía.

Agazapados tras la Eurocámara, esperan a que pasen las cruciales citas electorales del 2017 en Alemania, Holanda y Francia antes de mover ficha. Criogenizar el proceso o tensar más la cuerda con Erdogan puede volar por los aires el acuerdo migratorio que permite a la UE mantener a raya a los refugiados en la frontera turca y deportarlos a ese territorio si deciden atravesar de forma irregular. Una nueva oleada de migrantes es lo último que quieren Berlín y París en plena batalla contra el euroescepticismo y los populismos.