El Popular, abocado a acelerar su saneamiento y ampliar capital

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

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DENIS BALIBOUSE | REUTERS

Saracho fue elegido presidente tras negociar con el Banco de España y superar a Manuel Pizarro en la votación

03 dic 2016 . Actualizado a las 09:50 h.

Día 1 en el Banco Popular pos-Ángel Ron... pero con Ángel Ron. El presidente depuesto de la sexta mayor entidad financiera de España -la segunda en Galicia- seguirá en su cargo hasta el primer trimestre del año, para cuando se prevé una junta de accionistas que deberá aprobar el nombramiento de Emilio Saracho como nuevo primer ejecutivo. Lo que haga a partir de su nombramiento el todavía vicepresidente de JP Morgan y consejero de Inditex es una incógnita dentro y fuera de la entidad, pero las fuentes consultadas dan por hecho que tendrá que acelerar el proceso de saneamiento del ladrillo, el gran lastre de la entidad en los últimos años. Ha sido precisamente el calendario que contemplaba Ron, más pausado, una de las causas de su derribo.

Saracho fue elegido la madrugada del jueves después de que la comisión de nombramientos optara por este hombre en una votación en la que se adelantó a Manuel Pizarro. El expresidente de Endesa y de Ibercaja, asesor de El Corte Inglés, con buenos contactos en el banco, era el preferido por algunos consejeros y llegó a esa fase final de la elección en la sede central del Popular.

Por el medio, antes de esa votación, según diversas fuentes, hubo varios contactos con el Banco de España y con el Ministerio de Economía, que habían pedido a la entidad que buscara una manera de pacificar el consejo, después de los fuerte choques aireados en los medios, algo infrecuente en el mundo financiero. La persona encargada de mediar con el supervisor y con el ministerio fue Reyes Calderón, la responsable de la comisión de nombramientos, que tenía detrás el respaldo de uno los accionistas de referencia, la familia mexicana Del Valle, y de José María Arias, vicepresidente y máximo responsable de la Fundación Barrié. Ese grupo tenía el convencimiento de que un cambio en la presidencia ayudaría a recuperar fuelle y mostraría una señal positiva al mercado.

Tras comunicar el relevo el jueves, el banco se disparó en bolsa casi un 14 %; ayer en cambio se dejó un 4,5 %. Hubo recogida de ganancias de los que se beneficiaron de la subida del primer día; pero también caída porque los problemas de fondo siguen latentes. Sobre todo, el ladrillo. En el mercado se entiende que el banco tendrá que afrontar un nuevo saneamiento vía ampliación de capital. Y ahí el perfil de Saracho, con mucho prestigio en la banca de inversión y entre accionistas extranjeros, encaja a la perfección.

Otra cosa será lo que pueda pasar tras esa hipotética ampliación: el banco dice querer seguir en solitario, pero no es descartable que acabe en manos de algún grande (Santander y BBVA aparecen bien situados) una vez esté bien saneado.