Maduro se saca un billete de la chistera

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

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MIGUEL GUTIERREZ | efe

Venezuela trata de combatir la altísima inflación con nuevas divisas de hasta 20.000 bolívares, apenas 30 dólares

06 dic 2016 . Actualizado a las 08:45 h.

En el 2008, el presidente Hugo Chávez quitaba, con bombo y platillo, tres ceros a la moneda venezolana, a la que rebautizó como «bolívar fuerte». Ocho años después, fallecido aquel dirigente y con un 16.400 % de inflación, ese bolívar reaparece con los nuevos billetes de 1.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares, los que habían salido de circulación tras la reconversión monetaria. Vuelven al mercado después de que en las últimas tres semanas la moneda venezolana -bajo un fuerte control estatal desde el 2003-, perdiera en el mercado negro más de 60 % de su valor, cotizándose a casi 5.000 por euro. Todo esto se ve en la calle. «Cigarrillos a cien, cigarrillos a cien», gritaba ayer un vendedor ambulante en el centro de Caracas. Pero es que 100 bolívares, la moneda de más alta denominación hasta ahora, es el valor de un cigarrillo, no de una cajetilla.

Cuando el bolívar fuerte apareció con Chávez, el poder de compra de un billete de 100 era de 25 dólares; hoy, con suerte, llega a los 0,02. Se calcula que el nuevo de 20.000 equivaldrá a unos 30 dólares en el cambio oficial -664 bolívares-, pero apenas podrá comprar unos 4,5 dólares en el mercado paralelo, donde un billete verde se vende a cerca de 4.500 bolívares. Así opera el cambio en este país.

El nuevo tipo de divisa llega con una inflación estimada por organismos independientes de entre el 500 y el 600 % para un salario mínimo que ronda los 5 dólares mensuales. Y todo en un ambiente de extrema opacidad, pues Nicolás Maduro ordenó al Banco Central hace ya dos años, cuando los precios se empezaron a descontrolar, que no publicará el índice mensual de precios al consumidor mensual.

Sin embargo, otros indicadores que sí se publican, como el de liquidez, dan cuenta de que esta aumentó un 200 % solo entre septiembre y noviembre, coincidiendo con el pago de aguinaldos a los trabajadores públicos y con un incremento para estos y para los pensionistas; la avalancha de dinero está detrás de la actual ola inflacionaria, según explica el economista Luis Oliveros, muy crítico del Gobierno.

Problemas con los pagos

Hay pocas esperanzas de que Maduro rectifique en política de inflación sobre la divisa. El viernes, coincidiendo con un fallo en el sistema de pagos en puntos de ventas, el mandatario -que insiste en que su Gobierno es víctima de una guerra económica emprendida por «empresarios, Estados Unidos y la derecha»- señaló que Venezuela había sido «víctima de un ataque cibernético» y tomó policialmente la sede del sistema bancario de pagos.

El mandatario suele acusar a una página web Dólar Today, que calcula la paridad del bolívar con el dólar basándose en las transacciones que se hacen con la moneda en Cúcuta, primera ciudad de la frontera de la vecina Colombia, de especular con el precio del bolívar en el mercado negro.

«Tenemos que prepararnos para una ola de inflación sin precedentes en enero y febrero», añade Oliveros. Una ola que impactará en un país ya depauperado socialmente, con un 80% de escasez de alimentos, y en el que sus ciudadanos, frecuentemente, comparan a Maduro con Robert Mugabe y a Venezuela con Zimbabue.