Un asturiano llevará a juicio a Trump dos semanas antes de su investidura

JUAN M. ARRIBAS REDACCIÓN

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José Andrés, en un mitin de Hillary Clinton en Florida
José Andrés, en un mitin de Hillary Clinton en Florida

El litigio entre el chef José Andrés y el presidente electo de los EEUU toma un nuevo rumbo

15 dic 2016 . Actualizado a las 18:09 h.

El litigio entre José Andrés y Donald Trump ha tomado un nuevo rumbo. El chef asturiano ha conseguido que el presidente electo de los EEUU tenga que comparecer en el juzgado en los primeros días de enero. La jueza del Tribunal Superior Jennifer A. Di Toro ha dictaminado que Trump deberá acudir a la cita en Nueva York con los abogados de José Andrés durante la primera semana de enero, en una declaración que fuentes judiciales estiman que puede durar unas siete horas, según ha publicado la CNN. Hay que recordar que Trump tomará posesión de su cargo el 20 de enero, dos semanas después.

Trump demandó a Andrés por incumplimiento de contrato después de que el cocinero asturiano, una celebridad en Estados Unidos, se retirase de un plan para un restaurante en nuevo hotel de lujo de Trump en Washington. Andrés dijo que canceló los planes para el proyecto después de que el entonces candidato a la presidencia aludiese despectivamente a los mexicanos durante la campaña presidencial.

Abogados de Trump habían intentado limitar la duración (a dos horas) y el alcance del interrogatorio, una solicitud que la jueza Di Toro denegó. Los letrados habían insistido en que Trump no era un declarante más, que era el presidente electo y que su agenda estaba ocupada en asuntos muy relevantes. «No es una exageración decir que está muy ocupado», esgrimieron. Di Toro argumentó por el contrario que limitar la declaración de Trump sería perjudicial para los derechos del equipo de la defensa. Y que las declaraciones de Trump eran las claves de las reclamaciones de todas las partes. La defensa de Trump había argumentado que el presidente electo tenía un conocimiento limitado de los hechos del litigio, aunque la Di Toro ha afirmado que firmó un acuerdo con Andrés y dos cartas relacionadas con la línea de crédito necesaria para el contrato. Trump no lo tendrá fácil: la jueza Di Toro fue propuesta por Barack Obama para ocupar su cargo en septiembre de 2011.

El enfrentamiento entre ambos se remonta a julio de 2015. El multimillonario había contratado a José Andrés para gestionar su restaurante en el hotel de lujo Washington D.C. Sin embargo, el chef decidió retirar su ThinkFoodGroup del proyecto de Trump después de que éste calificara a todos los mexicanos como violadores y criminales.

Un incumplimiento de contrato en opinión del republicano estadounidense por el que le reclama unos 10 millones de dólares (algo más de 9,4 millones de euros) en concepto de daños y perjuicios al negarse a construir su restaurante en su hotel de Washington. El chef asturiano, que tiene también la nacionalidad estadounidense desde hace tres años, alegó que esta negativa respondía a unas declaraciones de tinte racista realizadas por Trump en junio ante una multitud en Chicago relativas a que México estaba enviando a «la gente que tiene muchos problemas» a los Estados Unidos. Además, durante las siguientes semanas se reafirmó en sus polémicos comentarios, perdiendo socios comerciales y potenciales votantes latinos a través del primer mes de su campaña. «Están trayendo drogas, están trayendo delitos, son violadores», reiteró Trump. «Y algunos, asumo, son buenas personas», añadió.

En su demanda, los representantes legales de Trump sostienen que nada en el contrato de subarriendo con José Andrés, que apoyó a la demócrata Hillary Clinton en la pasada campaña electoral norteamericana, le da derecho a terminar su contrato por una ofensa personal.