Los padres de Nadia hicieron creer a los profesores que el fallecimiento podía ser inmediato

Javier Romero Doniz
javier romero REDACCIÓN / LA VOZ

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Marga Garau, madre de Nadia, a la salida de los juzgados después de que le quitasen la custodia de la pequeña.
Marga Garau, madre de Nadia, a la salida de los juzgados después de que le quitasen la custodia de la pequeña. QUIQUE GARCÍA | EFE

Docentes del colegio de la niña declararon que la menor no recordaba detalles de los viajes en los que supuestamente recibía tratamiento

17 dic 2016 . Actualizado a las 09:52 h.

La esperanza de vida de Nadia era «relativamente corta» y el año pasado los profesores de su colegio estaban en alerta porque creían que el fallecimiento podía ser inmediato. Eso es lo que hicieron creer los padres de Nadia Nerea al personal del colegio al que acude la menor. Así lo reflejan las declaraciones que docentes realizaron ante el juez que investiga la presunta estafa de Fernando Blanco y Margarita Grau, progenitores de la pequeña que presuntamente usaron para gastos personales 600.000 euros recaudados en campañas solidarias.

A pesar de que la tricotiodistrofia no es una dolencia grave para la mayoría de los enfermos, la situación de Nadia fue presentada como dramática en su escuela. Así justificaron los progenitores las ausencias de la pequeña, que «faltó mucho en el segundo y tercer trimestre» del curso pasado. Los supuestos tratamientos explicaban estas faltas. La tutora de Nadia explica que la pequeña sí recordaba detalles de su viaje a Disneyland y, de hecho, «hablaba de princesas». Pero si le preguntaban sobre los desplazamientos realizados para recibir atención médica «las respuestas eran imprecisas», como «no me acuerdo».

Otro profesor apunta que recibieron justificantes médicos cuando Nadia se inscribió en el colegio y que después bastaba con la palabra de los padres. Dice que Blanco y Grau les comunicaron que en septiembre iban a Mallorca y después a Houston a un tratamiento. Pero en su declaración el padre confesó que no fue a Estados Unidos y la madre admitió que la niña ni siquiera tenía pasaporte.

La tutora cuenta que no apreciaban mejoras «físicas o psíquicas» en la menor tras los tratamientos. Indica que la edad mental de Nerea, de 11 años, corresponde «a 5 ó 6 años», que «no tiene recuerdos» y que «su capacidad de recordar no está establecida». Admite también que les llamaba la atención que la niña «cambiaba constantemente de zapatos».

Las asociaciones de enfermedades raras piden confianza

El presidente de la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder), Juan Carrión, explicó a Efe que «la asociación de Nadia Nerea no ha estado nunca adherida a nuestra federación», por lo que desconocen sus líneas de actuación. Carrión puso de relieve la importancia de trabajar de forma coordinada contra estas dolencias y señaló que este «es un caso aislado, que de ninguna manera refleja la realidad de este colectivo», por lo que pide confianza.