Un golpe a la Alemania solidaria

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PAUL ZINKEN | EFE

Eligiendo matar en ese lugar y en ese momento, los terroristas, aparte de las muertes que han causado, han asestado un golpe muy duro a la imaginación colectiva del país

20 dic 2016 . Actualizado a las 07:21 h.

El lugar es profundamente simbólico para los alemanes. La Kurfürstendamm es una de las grandes avenidas de Berlín, de las más comerciales y animadas. La iglesia Memorial del Káiser Guillermo, que se encuentra justo en el lugar del ataque (el terrorista se estrelló frente a ella) es un monumento importante y doloroso para los berlineses: parcialmente destruido en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el templo se preservó para mantener vivo el recuerdo de aquella catástrofe.

También el mercadillo de Navidad, el objetivo del atentado, tiene una gran carga simbólica y sentimental. Hay más de 1.500 cada año por estas fechas. Incluso en una sociedad tan laica como la alemana, el mercadillo navideño, con su olor a almendras garrapiñadas, su vino caliente y sus juguetes infantiles a la venta, es una celebración nostálgica de la infancia, del apego a las raíces, del sentimiento de comunidad.

Eligiendo matar en ese lugar y en ese momento, los terroristas, aparte de las muertes que han causado, han asestado un golpe muy duro a la imaginación colectiva del país. Eligiendo Berlín, han apuntado al corazón de la Alemania multicultural. Y eligiendo Alemania, un país que no participa de forma destacada en las guerras de Oriente Medio, han vuelto a demostrar que el yihadismo no es la respuesta a un agravio sino que golpea allí donde le resulta más fácil reclutar y actuar.

Ya el pasado julio el Estado Islámico había intentado llevar a cabo este tipo ataque de Alemania, usando un vehículo contra una masa, como en Niza (Francia). Pero el joven refugiado afgano que habían reclutado carecía de carné de conducir y al final optó por subirse a un tren en Würzburg con un hacha y un cuchillo. Hirió a tres pasajeros antes de ser abatido. Por lo que parece, y desgraciadamente, quienes lo controlaban a distancia han acabado encontrado a alguien con carné y el suficiente grado de fanatismo.

A la hora de cierre se desconocía la identidad del atacante. Si resultase ser un refugiado, a la tragedia humana se unirá, posiblemente, la polémica política. El hecho de que todos los atentados yihadistas que ha sufrido Alemania a lo largo de este año hayan sido perpetrados por refugiados coloca a la canciller Angela Merkel y su política de puertas abiertas en una difícil posición. Esto ya provocó una brusca caída de doce puntos en la popularidad de la canciller tras la oleada de ataques del verano, y este atentado se lo pondrá sin duda aún más difícil de cara a las elecciones, que se encuentran ya a unos pocos meses vista.