Portugal hace cola en silencio para decir adiós a Mario Soares

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

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MARIO CRUZ | EFE

Miles de portugueses desfilan ante la sede socialista como homenaje al dirigente fallecido

09 ene 2017 . Actualizado a las 07:49 h.

Miles de personas de todas las edades y condición social soportaron la jornada de ayer largas colas en silencio ante la sede del Partido Socialista portugués (PS), en el Largo do Rato de Lisboa, para expresar sus respetos al histórico socialista y expresidente luso, Mario Soares, fallecido el sábado en la capital. «Estamos consternados, nos va a costar muchísimo recuperarnos de la pérdida de nuestro padre y guía político», manifestaba el diputado y dirigente socialista Paulo Pisco.

«Hemos tenido que habilitar dos mesas, una aquí abajo en la entrada y otra arriba en la sala noble para que las personas puedan firmar». En su opinión, «ahora que Mario no está entre nosotros muchos que lo criticaron en vida reconocen su papel histórico para que volviera la democracia a Portugal en paz y sin problemas». Soares fundó el Partido Socialista portugués, en 1973 en el exilio y nunca lo abandonó. Hasta sus últimos días siguió siendo su guía en la sombra. Caras como las de la eurodiputadas Edite Estrela y Ana Gomes se mezclaban por la tarde con una multitud anónima que esperaba pacientemente y con rostros tristes su turno para firmar.

Imágenes y vídeos con el inconfundible rostro y la voz de Mario Soares en la fachada de la sede del PS recordaban a los viandantes la desaparición «de uno de los grandes líderes europeos, de los que ya no queda ninguno», declaraba Rui Cardoso, de mediana edad, que acompañado de su hijo llevaba más de una hora esperando su turno para transmitirle al líder su último adiós por escrito. Por la sede de Rato pasaron ayer los principales líderes portugueses, como el jefe de la oposición y anterior primer ministro, el conservador Passos Coelho, quien manifestó su admiración «por la figura histórica de Mario Soares en defensa de la democracia de nuestro país». Para Passos, «Soares fue un hombre valiente, luchador y con ideales firmes». Por el Largo do Rato pasaron también la líder del Bloco de Esquerda, Catarina Martins, y su antecesor Francisco Louçá, además del secretario general del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa. Llamaba la atención el elevado número de jóvenes, como Rodrigo y Tiago, estudiantes de Historia. Para Rodrigo «es un deber como ciudadanos estar aquí». Tiago, por su parte, considera que «sin una figura tan marcada y comprometida como Soares la historia democrática de los últimos cuarenta años en Portugal habría sido muy diferente».

Un último paseo por las principales avenidas de Lisboa

La capilla ardiente se instalará hoy en la bella sala de los azulejos del monasterio de los Jerónimos, a donde llegará a la una de la tarde procedente de su domicilio, donde fue velado ayer en privado por su familia. A lo largo de dos horas el ataúd recorrerá las principales avenidas de la capital lusa y hará una parada en el Ayuntamiento de Lisboa. A partir de ese momento será escoltado por militares de la Guardia Nacional Republicana a caballo hasta su llegada al monasterio, donde será recibido con los honores de jefe de Estado por el presidente Rebelo de Sousa.

Hasta las 11 de la mañana del martes habrá un velatorio público en la sala de los azulejos. Dos horas después se trasladará el cuerpo hasta el centro del claustro manuelino donde se celebrará una ceremonia civil de Estado en la que participarán sus hijos, João e Isabel. El primer ministro Antonio Costa asistirá al acto por videoconferencia ya que se encuentra de viaje oficial en la India. Destacadas personalidades mundiales han confirmado su presencia.