Pesadilla bajo cero para los más necesitados en toda Europa

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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DANIEL MIHAILESCU | AFP

En las Árdenas, donde se llegaron a registrar temperaturas de -17ºC, equipos de la Cruz Roja francesa organizan turnos de vigilancia para detectar de forma temprana hipotermias y congelaciones

20 ene 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

Bruselas está lista para asistir con «todos los medios disponibles» a Italia, a las zonas afectadas por el desplome de los termómetros y los terremotos. La ola de frío siberiano se ha extendido por toda Europa. En las Árdenas, donde se llegaron a registrar temperaturas de -17ºC,  equipos de la Cruz Roja francesa organizan turnos de vigilancia para detectar de forma temprana hipotermias y congelaciones. Ante la avalancha de consumo eléctrico que ha provocado la bajada dramática de las temperaturas, las autoridades galas han lanzado recomendaciones a la población para aprovechar el suministro. Bélgica ya sabe lo que es tener que tirar de las reservas para evitar los apagones que están sufriendo otros países vecinos. Con quien más se está cebando la ola de frío es con el este de Europa y los Balcanes, donde una docena de personas murieron desde el pasado viernes. La preocupación va más allá del cierre de carreteras o el colapso del transporte terrestre y fluvial. Los ojos siguen puestos en las fronteras de la UE, especialmente la serbia. Allí siguen atrapados miles de migrantes a los que no se les permite cruzar. Duermen en las calles de Belgrado, al raso, sufriendo temperaturas de hasta -15ºC con el único abrigo de sus propias ropas y mantas. Las oenegés advierten de que las muertes por hipotermia pueden multiplicarse si la UE no actúa de inmediato. Bruselas niega que ya se haya producido alguna muerte «dentro de la UE», ignorando las que ya se han producido a sus puertas. «Me duele la indiferencia europea», protestó en la Eurocámara la diputada popular Jiménez-Becerril. Su compañero de partido, Díaz de Mera, cargó contra la UE por su incompetencia: «Abrigo y alimentos precarios, todo precario, todo insuficiente», lamentó.

El comisario de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, admite «problemas» para movilizar la asistencia: «No estamos orgullosos de esta situación tan dolorosa. Los fondos no se han usado de la mejor manera posible», reconoció. El responsable europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, trató de defenderse asegurando que ha extendido a Grecia 1.000 millones de euros para ayuda de emergencia a refugiados. Apuntó a las autoridades helenas como responsables de gestionar los fondos y preparar la llegada del invierno. También tuvo palabras para países que, como Eslovaquia, Hungría o Polonia, se niegan a acoger refugiados de Italia y Grecia. «Tenemos una obligación moral y humanitaria, una responsabilidad colectiva.  No podemos dejar a los refugiados al frío. Necesitamos soluciones ya, no mañana ni pasado».