Trump relanza la construcción de dos oleoductos paralizados por Obama

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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Imagen de un miembro de los Sioux de Dakota durante una protesta en abril del 2014 contra la construcción de uno de los oleoductos autorizados este martes  por Trump
Imagen de un miembro de los Sioux de Dakota durante una protesta en abril del 2014 contra la construcción de uno de los oleoductos autorizados este martes por Trump JIM LO SCALZO | EFE

El presidente prohíbe a la Agencia de Protección Ambiental informar a la prensa

25 ene 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

Donald Trump ha decidido resucitar la construcción de dos grandes oleoductos, el Dakota Access y Keystone XL, después de que Barack Obama los hubiese paralizado por su impacto ambiental y cultural, ya que pasan por tierras sagradas de los indios. «Renegociaré los términos», dijo ayer el presidente tras firmar la orden ejecutiva que amparaba su decisión y prometer 28.000 puestos de trabajo. Acompañó la medida con otro memorando que requiere que el acero para construirlos se fabrique en EE.UU.

Al recuperar esos proyectos, el presidente se hizo eco de los argumentos de los defensores de esos oleoductos. Los detractores, sin embargo, calificaron la decisión de «insensata y extrema» y prometieron llevar a Trump ante la Justicia. «Nos oponemos a proyectos que ignoran nuestros derechos», dijo Standing Rock Sioux, una de las organizaciones defensoras de los derechos tribales. En paralelo y en su guerra contra todo lo que suponga un apoyo al cambio climático, Trump ha prohibido a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) informar a la prensa de sus avances, a la vez que ha congelado sus contratos y subvenciones. Los envites no se quedaron aquí. El presidente Trump firmó otra orden ejecutiva para reducir las restricciones ambientales en la construcción de proyectos de infraestructuras. «Están fuera de control», justificó mientras plasmaba su firma y la mostraba a las cámaras en el despacho oval.

Irónicamente, antes de anuncias su decisión sobre los oleoductos, el presidente se declaró «ambientalista». Así lo dijo mientras hacía las paces con el sector del automóvil, en un desayuno con los directivos de General Motors, Ford y Fiat Chrysler en la Casa Blanca. «Estamos muy animados por el presidente y las políticas que está adelantando», dijo tras la reunión el presidente de Ford, Mark Fields. Eso sí, siguen sin respuesta las principales incógnitas sobre la amenaza de Trump de imponer aranceles aduaneros del 35 % a los coches que se fabrican en México y son importados a Estados Unidos.

Lo que sí dijo el republicano es que reducirá las regulaciones para facilitar el establecimiento de plantas de producción en el país.

«Queremos fortalecer el sector manufacturero estadounidense», contestó el responsable de Fiat, Sergio Marchionne, poniendo un punto y final a su enfrentamiento con Trump.

La cobertura de la nueva Casa Blanca refuerza la ocupación israelí

Envalentonando con la llegada de Trump a la Casa Blanca, Israel ha relanzado su política colonizadora. El primer ministro Benjamin Netanyahu aprobó ayer la construcción de 2.500 viviendas en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania. El segundo anuncio de expansión en solo dos días, tras la autorización de 566 viviendas en los barrios de colonos en Jerusalén Este.

«Construimos y seguiremos construyendo», escribió en un tuit. Es la primera vez en años que Israel anuncia un número tan elevado de viviendas para colonos, solo superada en noviembre del 2012 cuando autorizó 3.000 nuevas casas.

Anexión de un asentamiento

El Gobierno israelí aprovecha la nueva situación creada con la Administración Trump, después de ocho años de férrea oposición a la colonización por parte de Barack Obama. «Volvemos a la vida normal en Judea y Samaria (nombre bíblico para los territorios palestinos de Cisjordania)», dijo el ministro de Defensa, el ultranacionalista Avigdor Lieberman. Según el diario Haaretz, Netanyahu informó el domingo a su Gabinete de que iba a derogar todas las restricciones para la construcción de asentamientos en la parte árabe de Jerusalén. Asimismo dijo que quería aumentar las obras en Cisjordania. Sus socios de la ultraderecha quieren aprobar una polémica ley para la anexión del asentamiento de Maale Adumim a la vuelta de Netanyahu de su visita en febrero a Washington.

La oenegé israelí Peace Now criticó duramente la decisión de Netanyahu, al que acusó de tratar de desviar la atención de forma desesperada de las denuncias de corrupción y de un informe crítico sobre su comportamiento durante la guerra de Gaza del 2014. «La comunidad internacional debe exigir inmediatamente cuentas a Israel», dijo a la AFP el número dos de la OLP, Saeb Erakat.

La UE y la ONU criticaron la decisión de Israel. En diciembre, el Consejo de Seguridad de condenó la expansión de las colonias en una resolución aprobada gracias a la abstención de EE.UU. aún bajo la presidencia de Obama. Los más de 200 asentamientos en los territorios palestinos son ilegales según la legislación internacional y hacen inviable un Estado palestino.