Dos jefes de filas que parecen de partidos distintos

e. c. MADRID / LA VOZ

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GERARD JULIEN | Afp

Las diferencias políticas, estratégicas y personales entre Iglesias y Errejón son profundas

26 ene 2017 . Actualizado a las 08:04 h.

La guerra abierta entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, lejos de remitir, se recrudece según se acerca Vistalegre II. Son de tal calado las diferencias políticas, estratégicas e incluso de carácter personal que más que jefes de filas de dos familias o corrientes parecen líderes de dos partidos distintos. La división en Podemos es tan profunda que de lo que se trata es de saber cómo saldrá de su congreso, si como una formación fracturada o con una solución de compromiso que evite la ruptura, pero alargue la inestabilidad.

Errejón culpa a Iglesias de plantear un plebiscito permanente sobre su figura, como un todo o nada, en lugar de abordar los debates de fondo, que son de enjundia. El secretario político quiere un Podemos que sea útil, que lleve la iniciativa parlamentaria y no mire solo a la izquierda, sino que aspire a conquistar un electorado más amplio para gobernar. Cree que es un error que su partido se haya quedado fuera de acuerdos como el de la pobreza energética, que suscribieron el PP y el PSOE, o el de la renta mínima, pactado entre los socialistas y los sindicatos. Marca claras distancias con IU, porque considera que escora a Podemos a la izquierda, y es partidario de un acercamiento con condiciones a los socialistas.

Cuestionar el liderazgo

Iglesias prima la calle sobre el Congreso. Considera que Podemos tiene que estar en la vanguardia de las protestas, implicarse en las luchas sociales, porque con la actual correlación de fuerzas que existe en el Parlamento no se pueden cambiar la cosas. Aboga por consolidar la alianza con Alberto Garzón, aunque no por la fusión con IU, y no ahorra ataques contra el PSOE, al que dice no se tiene que parecer en nada Podemos.

Si finalmente no hay un acuerdo y los errejonistas presentan su propia lista para la dirección, aunque Errejón no se postule como secretario general, eso equivaldría a discutir el liderazgo de Pablo Iglesias.