Los partidarios de Sarkozy presionan a Fillon para que retire su candidatura

alexandra F. coego PARIS / CORRESPONSAL

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ERIC PIERMONT | afp

El candidato acusa a la izquierda de promover un golpe de estado en su contra

02 feb 2017 . Actualizado a las 19:07 h.

François Fillon volvió a martillear su mensaje sin titubear y con el semblante serio: «Seré candidato a las presidenciales». El aspirante de Los Republicanos (LR) se desplazó al salón de emprendedores de París para dar una sensación de normalidad dentro de la peor tormenta a la que se ha enfrentado en su carrera política. Sin embargo, su visita no hizo más que echar leña al fuego. Abrumado por las preguntas de los periodistas, Fillon explotó. «Esta operación no viene de nosotros, no viene de nuestras filas», insistió desafiando a aquellos que hablan de un complot interno en su contra. «Estamos enfrentándonos a un golpe de estado institucional de la izquierda» y «del poder». El Elíseo no tardó en responder mediante un cercano al presidente Hollande, que declaró a Le Monde que «el único poder, en este caso, es el de la justicia, a la cual hay que dejar trabajar».

Desde que la Fiscalía abrió una investigación el pasado 25 de enero para determinar si su esposa, Penelope, se había beneficiado de un falso empleo, la situación se vuelve cada día más negra para Fillon. Según las últimas pesquisas, la suma pagada a su mujer roza el millón de euros y la de sus hijos, los 100.000, a pesar de eran por entonces solo estudiantes de Derecho y no abogados, como dijo su padre. Ante el avance del terremoto que amenaza con dejarle fuera de las presidenciales, varios parlamentarios del partido han comenzado a presionarlo para que abandone. Georges Fenech, diputado próximo a Nicolas Sarkozy, acudió ayer a una cadena de radio para «expresar bien alto lo que muchos, muchos parlamentarios están diciendo por lo bajo». «Pienso que el resultado de las primarias está hoy caducado ante este acontecimiento imprevisible, que se presenta no solo en el plano judicial si no también en el plano ético y moral», aseguró. «No veo como una familia política como la mía, que tiene por vocación asegurar el gobierno, puede someterse a la decisión de un juez que deberá intervenir de aquí a 15 días, según nos dice Fillon», añadió Fenech, quien aludió a un grupo de parlamentarios que podrían tomar posición contra el candidato los próximos días. «Aguantar» junto a él una quincena es lo que Fillon pidió ayer a sus compañeros. El candidato espera que en ese tiempo el juez tome una decisión y que no mantenga «en toma de rehenes hasta el ultimo momento las elecciones presidenciales y el candidato que ha sido votado por 4 millones de personas a la salida de unas primarias». 

Pese a las intenciones de Fillon de llegar «hasta el final», su reputación ha sufrido un daño importante a menos de tres meses de los comicios. Desde la revelación del escándalo, ha perdido seis puntos en los sondeos y su paso a la segunda vuelta es ahora cuestionado. Según el último estudio, Marine Le Pen pasaría en primer lugar con el 27% de los votos, seguida por Emmanuel Macron, con el 22%. Fillon quedaría eliminado, con el 19%.

Consciente de que sus posibilidades de llegar al Elíseo están en aumento, Macron desveló ayer algunas de sus propuestas económicas para acallar las críticas que le acusan de no tener aún un programa. El ex ministro quiere aumentar las ayudas a las personas que pasan del desempleo a un trabajo a tiempo parcial o de salario mínimo, ya que considera que la diferencia entre la prima por desempleo y el salario es «una ganancia marginal muy reducida» que «obviamente no incita a trabajar». Prometió que no tocará las 35 horas laborales semanales y que fomentará la flexibilización para poder reducir dichas horas o la edad de jubilación en los casos de «las microempresas y los autónomos».