La UE exigirá al Reino Unido que pague las «cervezas» antes de marcharse

Cristina Porteiro
C. Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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MATTHEW MIRABELLI | AFP

Las primeras estimaciones del negociador europeo, Michel Barnier, hablan de unos 60.000 millones de euros

08 feb 2017 . Actualizado a las 09:55 h.

No habrá piedad. Bruselas volvió a dejar claro ayer que el divorcio británico le va a salir muy caro a Londres. Nada menos que unos 60.000 millones de euros, según las primeras estimaciones del negociador europeo, Michel Barnier. Aunque la cifra puede oscilar, la UE está dispuesta a hacer que el Gobierno de Theresa May pague hasta el último céntimo de la factura.

«Mientras el Reino Unido ha estado en la UE adquirió y probablemente siga adquiriendo compromisos financieros que deben ser respetados plenamente», advirtió el portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas. Para evitar interpretaciones maliciosas desde el otro lado del Canal de la Mancha, el griego tiró de metáforas para explicar a los británicos que deberán pagar sus cervezas antes de abandonar el club. «Es como ir a un pub con 27 amigos. Tú pides una ronda de cervezas. Entonces no puedes marcharte mientras la fiesta continúa. Tienes que pagar la ronda que has pedido», advirtió.

Caballo de batalla 

La carrera por ver quién sale más airoso del divorcio todavía no ha empezado. Los 27 calientan motores a la espera de que May active el famoso artículo 50 de los Tratados. Según fuentes comunitarias uno de los caballos de batalla durante los primeros meses de negociación será la factura. El proceso de desconexión coincidirá con la negociación de los nuevos presupuestos plurianuales de la UE, que deberán ser aprobados con el Reino Unido todavía a bordo del barco.

«Será un elemento esencial para las negociaciones de separación. Dado que todos los compromisos se toman conjuntamente, si no son costeados por el Reino Unido, los otros 27 socios tendrían que pagar la factura», explicó. Y eso es lo que no quiere Bruselas, que ya está movilizando a sus funcionarios para estudiar el volumen total de la factura y los mecanismos legales para atar en corto a los británicos, bien conocidos por sus habilidades negociadoras, su experiencia saboteando acuerdos presupuestarios y su destreza para cerrar acuerdos muy ventajosos a costa de los socios.