La Comisión Europea pide a franceses y holandeses que frenen el populismo

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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EMMANUEL DUNAND | afp

Bruselas admite que la victoria del Frente Nacional puede precipitar el fin de la UE

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Comisión Europea entra en campaña y lo hace por la puerta grande. Se acabó el tradicional recelo a intervenir en cualquier proceso político nacional. El equipo de Jean Claude Juncker sabe que la Unión Europea se la juega en las próximas dos citas electorales que tendrán lugar en los Países Bajos a mediados de marzo y en Francia muy avanzado el mes de abril.

El desafío de los populistas mantiene al proyecto europeo contra las cuerdas. El Frente Nacional (FN), liderado por la eurófoba Marine Le Pen, tiene una situación aventajada en los sondeos. Bruselas da por hecho que pasará sin problemas a la segunda vuelta aupada por segmentos muy diversos de la sociedad, desde los más jóvenes hasta los ancianos adinerados de las regiones pudientes, y más aún tras las complicaciones de su principal rival François Fillon. «La señora Le Pen tiene como objetivo salir del euro y de la UE. Que Francia salga del euro sería una tragedia para la zona euro y una catástrofe para el país, sería el punto final del proyecto europeo que se creó para la reconciliación francoalemana», alertó ayer el comisario de Economía, Pierre Moscovici.

El galo no dudó en apelar a la responsabilidad de sus compatriotas y explicó las consecuencias que acarrearía la victoria de Le Pen:  «La salida de la UE empobrecería a la economía, supondría el regreso de la inflación que castigaría a las clases medias, aumentaría los tipos de interés y la deuda pública», advirtió. 

La misma suerte puede correr el líder del PVV holandés.  El ultraderechista Geert Wilders aventaja a sus rivales de centro derecha y centro izquierda a un mes escaso de los comicios. Los escándalos en los que se ha visto envuelto por hacer circular noticias falsas sobre sus adversarios no hacen más que envalentonar a sus simpatizantes que han tomado la mentira como bandera electoral. Juncker se mostró ayer profundamente preocupado por el clima enrarecido que se está fraguando a las puertas de sendas elecciones. El mismo que envolvió a otras citas claves que acabaron estrepitosamente mal para la UE. Tales son los casos del brexit o la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses.

El luxemburgués sabe que no habrá segunda oportunidad y, por eso, no ha dudado en entrar de lleno en la campaña rogando a holandeses y franceses que resistan el envite de los populistas antes de que sea demasiado tarde: «Rebatan sus puntos de vista, no intenten matizarlos, digan lo contrario y no repitan sus eslóganes. Si quieres que el populismo disminuya no debes repetir el mismo mensaje», explicó en rueda de prensa después de reunirse con el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen.

El político ecologista se convirtió el año pasado en adalid de la resistencia frente a la ultraderecha tras derrotarla en la repetición de las elecciones presidenciales del país centroeuropeo. «No sé si hay una receta para ganar elecciones. Nosotros demostramos que sí se puede ganar al populismo. Es posible», alentó Van der Bellen antes de pedir a los líderes europeos que se apoyen en los jóvenes e inviertan «tiempo y energía» en explicar la necesidad de mantener a la UE unida frente a la visión cortoplacista de los ultranacionalistas.