El Banco de Francia sale al paso de los planes de Le Pen

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

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ERIC GAILLARD | reuters

Su gobernador advierte de que la vuelta al franco aumentaría la deuda en 30.000 millones de euros cada año

14 feb 2017 . Actualizado a las 07:54 h.

Si bien los «compromisos» que dedicó Marine Le Pen a la inmigración fueron los que más polémica crearon en un primer momento, dado su carácter xenófobo, los que tienen que ver con la economía han hecho sonar todas las alarmas entre inversores y financieros. En particular, la salida del euro y el retorno a una moneda nacional. Según estimó el gobernador del Banco de Francia en el periódico Les Echos, la vuelta al franco aumentaría la deuda en 30.000 millones de euros cada año, poco menos que el presupuesto total de defensa del 2016.

Para Yannik Naud, jefe de renta fija en el banco suizo Audi, el problema vendría de un rápido crecimiento de los intereses tras una salida de la zona euro, ya que «los inversores internacionales en mercados emergentes esperan un rendimiento mucho más alto de la deuda emitida en una moneda local que en una moneda estable para compensar el riesgo», explicó. Francia tiene actualmente una deuda pública de 2.1 trillones de euros y la agrupación de extrema derecha quiere convertir al menos un 80% de ella en divisa nacional.

Moritz Kraemer, jefe de la puntuación de deudas soberanas de Standard & Poor’s, advirtió en un comunicado publicado por el Financial Times que las agencias de calificación considerarán «sin ninguna duda» como impago el reembolso de la deuda en francos. Es más, las agencias prevén que volver a una moneda nacional provocará el mayor impago jamás hecho por un estado, «diez veces superior a los 200 billones de euros de deuda griega en 2012». A principios de los 2000, Argentina también fue calificada de impago. Su acceso al mercado fue cortado y la crisis financiera dio lugar a una crisis institucional y a un corralito.

Tal perspectiva no alarma a Le Pen, que planea proponer, si gana, reemplazar la moneda única por divisas nacionales. De no ser respaldada, Francia (la segunda economía en Europa) diría adiós al euro unilateralmente, a riesgo de causar un colapso financiero en todos los países vecinos. Su número dos, Florian Philippot, propone evitar la crisis suprimiendo «la prohibición de financiación directa del Tesoro a través del banco central». Es decir, imprimiendo billetes, arriesgándose a que la inflación se dispare. Dentro de su programa proteccionista, Le Pen también cuenta con poner fin a la independencia del banco central francés, otra medida que aumenta la desconfianza de los inversores. En cuanto a los ciudadanos, la vuelta al franco podría empujar a la población a retirar sus ahorros en euros para sortear su inevitable devaluación.