Anticorrupción presiona para intentar que Urdangarin vaya ya a la cárcel

M. Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

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CATI CLADERA | efe

Tras el revés del fallo, el fiscal Horrach duda ante la vistilla de la próxima semana en la que se decidirá sobre los ingresos en prisión

18 feb 2017 . Actualizado a las 08:56 h.

Pedro Horrach nada desde que conoció la sentencia del caso Nóos en un mar de dudas y el mazazo de una sentencia que ha reducido a menos de un tercio sus peticiones de penas no le ha ayudado a aclarar sus ideas. La Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción quieren que Horrach pida la entrada en prisión inmediata de Iñaki Urdangarin y Diego Torres, y el fiscal del caso, al menos hasta última hora de ayer, veía «muy probable» hacerlo. Pero teme un nuevo revés, como el de la sentencia, en la vistilla para tratar las medidas cautelares que ya ha pedido al tribunal y que debería celebrarse la próxima semana.

La tesis de los máximos responsables del ministerio público es que Horrach debe aplicar sin demora lo que se ha dado en denominar doctrina Fitur. O sea, mano dura con los condenados en primera instancia por casos de corrupción de gran relevancia a fin de evitar cualquier tipo de suspicacia. La pasada semana, la Fiscalía pidió y consiguió el encarcelamiento preventivo de los tres cabecillas de Gürtel (Francisco Correa, Pablo Crespo, y Álvaro Pérez, el Bigotes) tras ser condenados a trece años los dos primeros y doce el tercero por el montaje del estand turístico. Pero el caso de Nóos, entiende Horrach, es diferente. Primero, porque las condenas a Urdangarin (seis años y tres meses) y a Torres (ocho años y medio) no son tan abultadas. Segundo, porque ninguno de los dos está a la espera de otras posibles condenas. Y tercero, porque como no hay posibilidad de que les caigan más años en otros procesos, el riesgo de fuga no es tan elevado como en el supuesto de los cabecillas de Gürtel. Eso sí, hay un elemento cuanto menos anómalo en el caso del yerno del rey, ya que vive en el extranjero, en la ciudad suiza de Ginebra, algo inusual en un procesado (ahora condenado) en una causa penal.

Horrach fue preguntado sobre cuál será su postura, pero no despejó las dudas sobre qué hará la semana que viene. «Estamos valorando la posibilidad de pedir el ingreso en prisión», reconoció. «La gravedad de las penas [de Urdangarin y Torres] ya implica un cierto riesgo, con lo que se deben adoptar la medidas necesarias para minimizar este riesgo», apostilló sin terminar de confirmar de manera tajante que pedirá el ingreso inmediato de ambos en un centro penitenciario. Hasta el pasado jueves, el fiscal del caso Nóos seguía con la máxima de que cualquier condena en primera instancia en temas de corrupción que supere los seis años de cárcel llevaba aparejada automáticamente la petición del ingreso en la cárcel. Pero el propio Horrach repasaba ayer en su despacho la jurisprudencia de la Audiencia Provincial de Palma.

Lo que sí tiene claro Horrach es que recurrirá al Supremo las penas a Urdangarin y Torres. También estarán en su objetivo los miembros de la denominada trama valenciana, todos ellos absueltos al entender la sala que no favorecieron de forma irregular a Urdangarin.