«En Asturias falta un ente que haga una gestión global de todos los recursos y organice paquetes turísticos»

Carmen Liedo CIAÑO

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Guillermo Laine
Guillermo Laine

El director de Sadim Ingeniería considera que el aprovechamiento del patrimonio minero e industrial puede ser una salida, aunque no la única, para la recuperación económica. Además, señala que enlazar los diferentes museos que existen en la región «es una necesidad»

25 mar 2017 . Actualizado a las 11:00 h.

Guillermo Laine lleva en Sadim Ingeniería desde que se constituyera como filial de Hunosa en 1999 y desde hace cuatro años es su director. Hijo de ingeniero de minas y padre de ingenieros de minas, este langreano que nació frente al pozo Fondón de Sama es un apasionado del patrimonio industrial, pasión que traslada a su trabajo y que le gustaría ver reflejada en la realidad económica de la región. Y es que, en su opinión, Asturias no tiene nada que envidiar a ninguna otra región en lo que a riqueza de patrimonio minero e industrial se refiere, lo cual podría convertirse en una salida, aunque no la única, para que este territorio, tan castigado por la crisis y el declive de los sectores tradiciones, se recupere ahora que se está tratando de sacar provecho a ese patrimonio existente que, dice, «es un valor que está en crecimiento, pero del que la sociedad española todavía se está dando cuenta». Pero sabe por lo que ha visto en países como Alemania, donde sacan ventaja a España en este sentido, que el aprovechamiento del patrimonio puede ser un filón, aunque cree que hay que aprender a venderlo. Así, considera que en Asturias hace falta un ente que haga la gestión global de todos los recursos y organice paquetes turísticos». Es más, en su opinión, «es una necesidad» enlazar los diferentes museos que tiene la región.

Pero aunque Sadim está especializada en museología y museografía minera, su ámbito de actuación va más allá y la filial de Hunosa tiene además de la línea Ingeniería, otras dos líneas de negocio (atmósferas explosivas e informática) con las que trata de crecer y expandirse. De hecho, según explica Guillermo Laine, la empresa está haciendo un fuerte apuesta por la internacionalización en vista de que los contratos que tienen en países de Sudamérica ya suponen el 50% de la facturación.

-¿Sadim puede decirse que fue el renovarse o morir de Hunosa?

-Sí, en el sentido de que Sadim nace para comercializar todo lo que es el conocimiento de la gran empresa, ese es el objetivo en los comienzos, coger el gran conocimiento que tiene Hunosa en este mundo tecnológico y trasladarlo al mercado, por eso tenemos esas tres líneas de trabajo, que son la de ingeniería, donde se acoge toda la parte de restauración de suelos o recuperación de industrias mineras para usos alternativos, el que más visibilidad tiene es el de uso turístico como es Samuño o como es Arnao, pero también hacemos proyectos mineros tradicionales o estudios de cielo abierto u otro tipo de la ingenierías. Tenemos luego un área de atmosferas explosivas derivada del conocimiento del grisú y de la mina y las atmosferas explosivas, hoy día, son de obligado cumplimiento en industria también. Para que la gente se haga una idea, el polvo del Cola-Cao puesto en suspensión es explosivo, entonces, debe acogerse a esa normativa de atmosferas explosivas y su proceso de producción tiene que llevar un proceso y unos elementos de seguridad determinados, y ese es un mundo donde estamos haciendo trabajos y estudios desde Sadim. Y la tercera línea es un gran departamento de informática derivado de los estudios originales que Hunosa hacía para seguimiento de capas de carbón y bases de datos de capas de carbón, y lo que desarrolla es un conocimiento en lo que es el mundo de la cartografía y del dato geográfico. Entonces hemos derivado ahí lo que es la gestión del territorio y en la actualidad ya desarrollamos páginas web y mantenimiento de instalaciones informáticas. Esas son las tres líneas de trabajo y cómo de Hunosa nacen esas tres líneas que hoy día se comercializan.

-Cuando Sadim se constituyó en 1999 lo hizo con la idea de sentar las bases para un desarrollo económico de futuro en vista de que la minería ya estaba en declive. En su opinión, ¿se está logrando generar alternativa?

-Yo en lo que se refiere a Sadim Inversiones, que es la que actúa como capital riesgo e introduce su accionariado dentro de las empresas, desconozco su movimiento porque no tiene nada que ver con nosotros. Pero en lo que respecta a Sadim Ingeniería sí. Ahora estamos muy metidos en el mercado internacional, como casi todas las empresas del sector, y derivado de la crisis lo que hemos hecho es una campaña de internacionalización en la que estamos inmersos ahora y atacando muy fuerte. Andamos por Argentina, Colombia, Chile y México fundamentalmente, donde tenemos contratos y que suponen el 50% de nuestra facturación, mercado, sobre todo, de Sudamérica. La apuesta es muy fuerte.

-¿Apremia o genera presión ver que los sectores tradicionales se agotan?

-Sí, y no sólo los sectores tradicionales. Nosotros como Sadim vivimos en la calle y en consecuencia las situaciones de crisis las notamos y las sufrimos mucho. Entonces no queda más remedio que moverse.

-¿En que diría que ha beneficiado Sadim a unas comarcas mineras que siguen en declive?

-Sadim actúa como una empresa más dentro de las cuencas mineras y yo entiendo que beneficia más que Hunosa apueste por una diversificación y apueste por mantenerse en las cuencas que el hecho en sí mismo de Sadim, que puede ser una herramienta o un medio por el que Hunosa actúa en las cuencas.

-Hoy por hoy no es difícil encontrar proyectos desarrollados por Sadim Ingeniería o en los que participa de diversos modos. ¿Cómo ha sido la evolución hasta abarcar tan amplio abanico de líneas de negocio?

-Cuando se crea Sadim se crea con dos líneas fundamentalmente, la de ingeniería y la de informática. La primera evoluciona en la dirección de los suelos abandonados desde el punto de vista industrial, con lo cual sí hay una evolución natural de Sadim desde sus estudios mineros hacia esa recuperación de suelos, y de ahí que nazca esa parte de museos mineros que es un elemento que nos identifica mucho en el mercado. A su vez nace la línea de Atmosferas Explosivas, la cual coge cuerpo suficiente para abrir una línea independiente al resto de las líneas de la empresa. Y luego está la parte de informática, con todo el boom de los Sistemas de Información Geográfico. El tiempo nos lleva a evolucionar con el mercado y la informática evoluciona mucho porque tiene una progresión tremenda. No obstante, cuando Sadim nace lo hace con gente de Hunosa y, sin embargo, ahora no hay nadie que venga de Hunosa y en la medida que se fue captando mercado y se fue evolucionando ese personal de Hunosa deja de alimentar a Sadim y pasa a buscar recursos de mercado. Así, se ha pasado de las 20 personas que inicialmente componían la empresa y en este momentos somos 46.

-Muchos de los proyectos desarrollados por Sadim son del ámbito nacional e internacional ¿cómo se llega a mercados tan dispares?

-Gastando en la apuesta por la internacionalización. El otro día en una reunión de CEAPI lo hablábamos, que atacar un mercado internacional para una empresa de cualquier tipo son cuatro años de inversión y cuatro años de mercado, y nosotros no somos ajenos a esa realidad, hay que desplazarse, visitar los mercados, mantener reuniones y aprovechar las situaciones. Nos apoyamos mucho en organismos como ASTUREX y aprovechamos viajes como el que ahora está organizando a Colombia.

- El conocimiento que tiene Sadim de la minería y su historia les ha hecho líderes en museología y museografía minera ¿es un filón esta línea de negocio cuando se están tratando de aprovechar los recursos mineros para sacarles rendimiento turístico?

-El patrimonio industrial como elemento de valor está en crecimiento, todavía es un elemento o recurso del que la sociedad española se está dando cuenta. Hasta la actualidad no era consciente de ese recurso, no así en la sociedad inglesa o en la alemana, donde un Museo como el de Bochum el año pasado movió en torno a los dos millones de visitas. Son otras cifras porque la apuesta alemana por ese espacio cultural asociado a la mina ha sido fuerte y está obteniendo rendimientos. Aquí en España algunos espacios como la Cueva del Soplao, en la que también intervino Sadim porque en su día era la Mina La Florida, se está moviendo en unas 300.000 visitas al año, el MUMI aquí en Asturias el año pasado volvía a recuperar las 75.000 visitas cuando su punto álgido fueron las 100.000 visitas al año. Por tanto, son elementos que tienes que indican que hay una aceptación en el mercado, y pensamos que va a ir creciendo que será una línea en la que debemos mantener la presencia. Hay que pensar que España siempre fue un país minero, y pensamos en Asturias como minería en negro, de carbón, pero hay minería de mercurio, cobre, plata, sal…

-¿Se corre el riesgo de saturar el panorama turístico de patrimonio industrial?

-Yo que soy un enamorado del patrimonio industrial te diría que no. En una charla a la que asistí hace unos meses en Langreo, uno de los ponentes que era del País Vasco planteaba en su charla qué es lo que protegemos, si se ha de proteger todo o hay que seleccionar, y eso genera una disyuntiva aunque parece claro que protegerlo todo no puede ser. Por tanto, habrá que hacer una selección y un diseño de aquello que se quiera proteger, pero no hay que pensar que todas las instalaciones se van a destinar como recursos turístico, se pueden encaminar como oficinas o para otros usos, o simplemente recuperar el patrimonio porque en sí mismo es un valor cultural y no tienes porqué darle otro uso. Por tanto, sí que se genera disyuntiva respecto a qué o cuanto proteger. Ahora está habiendo un movimiento de protesta precisamente en el País Vasco, donde se considera que se está destruyendo mucho patrimonio cuando hace cuatro años se decía que esta comunidad era un modelo a seguir en cuanto a la protección de patrimonio. Entonces son temas que siempre generan polémica en la calle.

-En cuestión de patrimonio industrial y minero Asturias no tiene nada que envidiar a otras comunidades ¿verdad?

-No, Asturias tiene mucho patrimonio, lo que pasa que lo desconocemos. Si hiciéramos un itinerario imaginario entre Gijón, comarcas mineras y Avilés, tenemos una ruta que me gusta llamar la ruta del acero, que es la siderurgia, la minería de carbón, el tren y el barco, que son la base fundamental de lo que fue la industrialización asturiana. Y es una ruta que se puede hacer.

-Entonces ¿nos falta saber vender el patrimonio industrial?

-Sí, nos falta organizar los paquetes turísticos correspondientes. Es un elemento que yo siempre digo que se echa en falta y no existe, un ente que te haga esa gestión global de todos esos recursos turísticos. Yo hace unos años hice un viaje a Bruselas y me hice un recorrido por todo el patrimonio industrial y me recorrí dos minas, más un canal navegable, más unos ingenios a vapor, más la industria de la cerveza y los bombones, y todo eso lo contraté en un solo punto e hice un itinerario con otras diez personas en una semana de vacaciones, pero había esa facilidad que aquí todavía no existe.

-¿Y Sadim no se anima a poner los pilares de ese ente?

-Poco a poco iremos dando pasos en diferentes direcciones. Quién nos iba a decir a nosotros hace unos años que íbamos a saltar a la gestión de museos de patrimonio industrial y en estos momentos estamos dando ese paso. Entonces, no se descarta nada, el mercado está ahí y si hay rentabilidad habrá que meterse a ello.

-Sadim tiene la experiencia de gestionar el Museo de Arnao y ahora asume el reto de reimpulsar el Ecomuseo del Samuño ¿sobre qué aspectos se trabajará para convertir este equipamiento en un referente?

-Tenemos muchas ideas en la cabeza porque el espacio de Samuño da mucho juego. Tenemos que la plaza del Pozo San Luis es una plaza espléndida para organizar ciertos espectáculos, actuaciones o teatralizar situaciones que hay que darle vida. Es algo que tenemos clarísimo, como que hay que romper las visitas y no hacer sólo una visita en el tren. Puede haber gente que sólo quiera visitar el pozo o solamente el viaje en tren. Hay que habilitar todas las rutas de senderismo que existen en el valle, porque hay que tener en cuenta que es un valle en el que hasta Urbiés todo fue mina. Por tanto, no todo termina en San Luis, sino que existen posibilidades de rutas mineras en todo el entorno y después en el valle de al lado es donde estuvo toda la explotación de cielo abierto de carbón. Por tanto, desde un solo punto puedes tener un recorrido por la mina de carbón, la mina de montaña, la minería de interior o la minería a cielo abierto que hubo en Asturias. Todo eso hay que potenciarlo y darle sentido.

-¿Diría entonces que hasta ahora ha sido un recurso desaprovechado?

-Sería mucho decir porque el Ecomuseo del Samuño había que arrancarlo, gestionar y ver qué demanda había para una sola actividad. Éstas son ideas que ahora tenemos en la cabeza con las que se intentará potenciar el equipamiento. No obstante, yo soy sólo la punta de lanza de un equipo de trabajo que tendrá también sus ideas. Yo reconozco que soy un enamorado de la historia minera e industrial de la región, pero estos recursos tienen una carga de espectáculo público que también habrá que ir impulsando.

-En muchas ocasiones se ha hablado de ofrecer al visitante paquetes con los recursos turísticos existentes vinculados a la minería y a la industria. ¿Es la solución para impulsar y potenciar el patrimonio y por extensión los concejos mineros?

-No se debe focalizar como la salida única, pero sí es un camino a explorar porque a nivel nacional el incremento del turismo es una realidad económica que está ahí. Por tanto, no es el único camino para la recuperación, aunque es cierto que es muy difícil reemplazar a la industria por el movimiento que conlleva y la mano de obra, pero es una opción. Y luego enlazar los diferentes museos que existen en la región sí es una necesidad, por lo que hay que explorar las sinergias que tienen unos con otros y ver si es posible llegar a entendimientos. Y eso incluye museos como el del Ferrocarril de Gijón o el de la Minería de El Entrego. Es fundamental y necesario tener puntos de encuentro y fomentar esa unión.

-Para terminar ¿qué retos tiene Sadim Ingeniería a corto-medio plazo?

-En estos momentos de crisis tratamos de arrimar el hombro para tratar de salir de esta situación y, clarísimamente, nos interesa el mercado internacional. Es un reto importante abrirnos para no depender de un solo mercado a la hora de buscar contratos. Colombia, Argentina, Chile y Mexico son países con un gran potencial a los que nos interesa mirar. También hicimos un análisis del mercado chino porque lo vimos muy interesante pero es un mercado de mucha paciencia y por el momento no tenemos capacidad para tener presencia en tantos sitios, con lo cual, no lo descartamos pero no hacemos una apuesta comercial tan fuerte como en Sudamérica donde estamos volcados.