Despedidos por querer dar vida

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

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BENITO ORDOÑEZ

Donantes en vivo reclaman una protección laboral similar a la de maternidad: «A veces, cuando van a coger la baja, la empresa se adelanta y los echa»

29 mar 2017 . Actualizado a las 08:01 h.

Casi 270.000 personas reclaman ya en la plataforma Change.org que el donante en vivo tenga una cobertura legal que impida que sea despedido del trabajo o se vea forzado a pedir una baja. Porque aunque parezca increíble, cada vez son más los progenitores que cuando son compatibles para donar un riñón o parte del hígado a sus hijos, comienzan a tener dificultades en su lugar de trabajo. 

Luis Torres, presidente de la Asociación Española de Ayuda a Niños con Enfermedades Hepáticas y Trasplantados (HEPA), es uno de los afectados por esta situación, pese a que ni quiere hablar de su caso ni personalizar en una historia particular, «normalmente quienes donan son padres y madres, y en muchos casos cuando empiezan las pruebas surgen los problemas. A veces ocurre que, cuando van a coger la baja porque llega el momento de la operación, la empresa se adelanta y los despide», explica.

Cada vez aparecen más casos como este. «De lo que nos han contado -añade Luis-, en torno al 60 % de las familias tienen problemas laborales, y un 8 % terminan en despidos o bajas voluntarias». La iniciativa se presentó a los grupos políticos y a los ministerios de Empleo y Seguridad Social. Solicitan una cobertura similar a la de las embarazadas: «No pedimos que se les haga héroes, sino simplemente una figura de reconocimiento del donante en vivo que tenga una cobertura legal para que en el caso de que se vaya a producir un despido la empresa se lo piense».

MIGUEL VILLAR

Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes, apoyó públicamente esta reivindicación hace unos días y recordó que están cayendo los donantes en vivo, lo que en parte se debe a esta desprotección. 

Fomentado por la Administración

Lo curioso es que estas personas no solo realizan un acto altruista y solidario, sino que la Administración fomenta este tipo de donación e incluso económicamente es más viable. Se evita que el enfermo, muchas veces niños, esté continuamente acudiendo al hospital, por ejemplo a diálisis, y además permite que una persona salga de la lista de espera dando la oportunidad a otra si aparece un órgano.

Luis Torres explica que las empresas se acogen a que la donación de un órgano es voluntaria y el donante no está enfermo, «por lo que dicen que, si quieres, lo hagas en tus vacaciones o te cojas una excedencia, como se ha dado en casos que conocemos». En el fondo, añade, saben que es el inicio de un proceso que será más largo e implicará una baja de un mes o dos, por lo que surgen las trabas. «Se ha llegado a decir: pues que done la madre y así no tienes que coger la baja, pero esto no es un tema de si me apetece donar, son las pruebas médicas las que determinan quién es compatible», concluye.

«Fue un renacer»

Manuela Rodríguez, ourensana, donó hace poco más de dos años un riñón a su marido, Carlos Ibo. Él está muy bien, «como se suele decir, fue un renacer». No se vio afectada por esta casuística, porque justo cuando se realizó el trasplante Manuela se había acogido a un ERE: «Quiero pensar que la empresa, en la que llevaba 28 años, no habría puesto muchas dificultades». No solo apoya esta campaña, sino que afirma que le parece «de lo más justo: es una injusticia que alguien tenga problemas en su trabajo por ser donante, inhumano incluso».

La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos, en la que está la asociación gallega Airiños, realizó precisamente ayer una asamblea en Madrid en la que aprobaron respaldar esta iniciativa.