May promete un renacer británico

r. A. T. LONDRES / CORRESPONSAL

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JUSTIN TALLIS | AFP

«Vamos a tomar el control de las cosas que más nos importan (...) construiremos un Reino Unido más fuerte y justo», declaró

30 mar 2017 . Actualizado a las 08:00 h.

En un tono conciliador, Theresa May apeló ayer al espíritu de cooperación con la Unión Europea al comenzar la cuenta atrás para la salida del bloque comunitario, un proceso que calificó de «histórico», «sin marcha atrás» y que supondrá un «giro en la historia de la nación».

Poco después de la entrega de la carta, la primera ministra británica defendió en la Cámara de los Comunes que su Gobierno actúa respetando «la voluntad democrática del pueblo británico». Con ello, se mostró confiada en que, al finalizar el proceso de salida, se consiga «un incremento significativo del poder de decisión de cada una de las Administraciones autónomas que forman el Reino Unido. También prometió que, a partir de ahora, el país va a tomar sus propias decisiones y hacer sus propias leyes. «Vamos a tomar el control de las cosas que más nos importan [...] construiremos un Reino Unido más fuerte y justo», declaró May, contentado así a los partidarios del brexit.

En teoría, salir de la UE significará que las leyes se harán de nuevo en Westminster, Edimburgo, Cardiff y Belfast. Y esas leyes serán interpretadas por los jueces en suelo británico, pero no en Luxemburgo, sede del Tribunal de la UE. Argumento usado por la línea dura de su partido que nunca vio con buenos ojos acatar las órdenes de la Unión.

Demanda de la patronal

May promete resolver «lo antes posible» el estatus legal de los residentes comunitarios, pero la sensación de la mayoría es que son usados como moneda de cambio en las negociaciones. Así, la patronal británica pidió una «garantía inmediata» de que se protejan los derechos de los tres millones de comunitarios en suelo británico.

En palabras de la premier, la actitud correcta ahora es la de ver con optimismo y esperanza el futuro. Así, apeló una vez más a la seguridad que Londres proporcionará para que las empresas privadas y el sector público ven claros los avances.

May descarta una vía especial para Escocia en el brexit. La líder escocesa, Nicola Sturgeon, le recriminó que la activación del artículo 50 es «un salto al vacío». May mencionó el caso de la vecina Irlanda y la importancia de «no poner en peligro» el proceso de paz en el Úlster. Así, destacó que es esencial mantener abierta la frontera con Irlanda, la única terrestre con un país de la UE.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, dijo que no alcanzar un acuerdo con Bruselas sería «un fracaso nacional de proporciones históricas», por eso pidió al Gobierno «escuchar, consultar y representar a todo el país» y no solo a los ideólogos de la línea dura conservadora.