La Eurocámara respalda la posición española y separa a Gibraltar del «brexit»

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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JORGE GUERRERO | AFP

Independentistas catalanes se alinean con los intereses de los británicos

06 abr 2017 . Actualizado a las 18:38 h.

Ni una sola mención a Gibraltar. El Parlamento Europeo respaldó este miércoles la postura del Gobierno español de dejar la disputa del Peñón al margen de las negociaciones del brexit. Es un asunto bilateral. España sostiene históricamente que el territorio de 30.000 habitantes no forma parte del Reino Unido y que por tanto ningún acuerdo con la UE le sería aplicable. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, está de acuerdo: no se aplicará en territorio gibraltareño ningún acuerdo sin el visto bueno de España. 

En la práctica, los 26 socios europeos han otorgado al Gobierno español capacidad de veto. Un poder que ayer fue refrendado por la Eurocámara. En la resolución que aprobó la institución para fijar posiciones de cara al divorcio no se le dedica ni una sola línea a la colonia británica. La decisión desencadenó un fuego cruzado dentro del hemiciclo. Eurodiputados británicos desplegaron toda su artillería dialéctica para acribillar a la UE, solo tres días después de que algunas voces en Londres amenazasen a España con declarar la guerra por el Peñón. El líder de los eurófobos del UKIP, Nigel Farage, advirtió de que otorgar capacidad de veto a España «va a romper el acuerdo» y acusó a los Veintisiete de actuar como una «mafia». El tono despectivo de su discurso obligó al presidente de la institución, Antonio Tajani, a detener el debate y exigir moderación. Su compañera de partido, Janice Atkinson, dio rienda suelta al drama: «Mandan al ejército con los españoles por delante para recuperar Gibraltar y eso no va a pasar». «La soberanía de Gibraltar no es parte de las negociaciones del brexit», trató de defender el conservador Ashley Fox, sugiriendo que la Unión está dispuesta a utilizar a los gibraltareños como moneda de cambio. 

La ansiedad de Londres aumenta al ver que se le abre otro frente diplomático tras dar portazo a la UE. La incertidumbre sobre el futuro de su colonia llevó ayer a algunos eurodiputados a pedir a May un cambio en el estatus legal del Peñón para blindar su control. Los socios europeos no dan crédito al esperpento político y a los malos modales de los británicos: «Guerra contra España [...] ¿Estamos perdiendo la cabeza?», les espetó el líder de los populares en la Eurocámara, Manfred Weber. El alemán salió en defensa de España: «No estará sola reclamando sus intereses en Gibraltar, sus intereses son los intereses de todos los europeos». 

Desprecios y alusiones bélicas

Desde la bancada española, el portavoz de los populares, Esteban González Pons, replicó a los ataques insulares: «Han pasado siete días desde el brexit y no paramos de escuchar desprecios a España y a los más nacionalistas con la palabra guerra en la boca [...] Se equivocan cuando pretenden dejarnos dentro a Gibraltar, que no es parte constitucional del Reino Unido y es un paraíso fiscal». El socialista Ramón Jáuregui recordó que existe un contencioso histórico pendiente: «No podemos admitir que en el siglo XXI haya una colonia en Europa». 

No hizo falta invocarlos, como sugerían algunos británicos. Los independentistas catalanes aparecieron en escena ayer sin que nadie pidiese su apoyo. Lo hicieron para sumarse a la cruzada contra España. Eurodiputados como Josep Maria Terricabras abrazaron la causa gibraltareña y apoyaron la propuesta de varios partidos británicos de incluir los intereses del Peñón en la resolución. Sin éxito. «Quiero denunciar la atrevida intromisión de España en el futuro de Gibraltar», clamó en público el diputado de ERC