Gibraltar desoye las llamadas a la calma y eleva la tensión al perseguir a un buque español

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

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El Gobierno del Peñón acusa de «irrupción ilegal» a una corbeta de la Armada que se acercó a la costa

05 abr 2017 . Actualizado a las 07:09 h.

La ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, reclamó ayer que se ponga «sentido común» a la polémica surgida en torno a la situación en que quedará Gibraltar una vez que el Reino Unido salga de la Unión Europea. En el Peñón no le han hecho caso.

El Gobierno de Gibraltar publicó un tuit en el que denunciaba una «incursión ilegal en aguas territoriales británicas de Gibraltar por la patrullera de la Marina española Infanta Cristina esta tarde», que fue perseguida por una patrullera británica e invitada a alejarse de la costa. Las autoridades del Peñón añadieron después que la aproximación de la corbeta «es una oportuna muestra de la forma en que España se comporta rutinariamente violando la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar» de 1982.

El convenio reconoce el derecho de los Estados al dominio exclusivo sobre el mar hasta el límite de las 12 millas de sus costas. Londres se conforma con tres millas de aguas territoriales en torno a Gibraltar, pero España no reconoce ese dominio, porque en el Tratado de Utrecht solo se cedieron las aguas portuarias.

Desde el mando de operaciones del Estado Mayor de la Defensa, un portavoz explicó a Europa Press que la Armada tiene desplegado todo el año una patrullera que navega por aguas de soberanía española entre el mar de Alborán y Cádiz para vigilar «tráficos ilícitos de drogas o de personas», y que no ha habido ninguna irrupción en aguas ajenas.

La alarma está ligada a la polémica de estos días, porque la entrada de buques españoles en las pretendidas aguas británicas es habitual. En noviembre pasado, en respuesta a una pregunta parlamentaria, el Gobierno británico señaló que se habían producido 434 entradas de naves españolas en aguas de Gibraltar en los doce meses previos.

El hecho de que la Comisión Europea haya reconocido el derecho de España a pronunciarse sobre cualquier referencia a Gibraltar en la negociación sobre el brexit ha contrariado a los mandatarios del Peñón, que quieren echar leña a la polémica. A ello se ha apuntado también Nigel Farage, exlíder del euroescéptico UKIP, quien afirmó que la Unión ha cometido «un error catastrófico» con su trato hacia Gibraltar. «No somos una nacioncita a la que vayan a amedrentar unos eurócratas con sueldos exagerados a los que no ha elegido nadie», afirmó.

«Asunto resuelto»

Frente a la exaltación de Farage, Jeremy Corbyn, líder del laborismo, afirmó ayer que el asunto de Gibraltar está «resuelto», después de que la primera ministra, Theresa May, abogara por el diálogo para resolver cualquier disputa con España.

Así piensa también la titular de Defensa, Dolores de Cospedal. Para ella, las declaraciones del ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, en las que afirmaba que España ha dado una patada al Peñón, son injustificadas. «Lo único que hemos hecho -añadió- es dejar clara la situación jurídica de Gibraltar, y si le molesta al señor Picardo, tiene un problema el señor Picardo».