El asesino de una prostituta se pega un tiro cuando estaba con una mujer en un motel de Mos

Alejandro Martí­nez

ACTUALIDAD

Miguel Villar

Ramón Fernández Álvarez se encontraba de permiso penitenciario

09 abr 2017 . Actualizado a las 00:37 h.

El hombre que asesinó a una prostituta en Ourense en el 2009 acabó con su propia vida en la habitación de un motel de Mos después de haber contratado los servicios de otra trabajadora del sexo. La joven que lo acompañaba escuchó un disparo en el baño y dio la voz de alarma aterrada. Ramón Fernández Álvarez, de 57 años, se había pegado un tiro en la cabeza y falleció en el acto. Su cuerpo yacía en medio de un charco de sangre en el servicio. Los servicios sanitarios que se desplazaron al lugar no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

La Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación. El suicidio es la principal hipótesis que se baraja para explicar lo sucedido. El asesino ya lo había intentado en anteriores ocasiones. Al final lo consiguió. Durante estos días se encontraba de permiso carcelario. Cumplía condena en la cárcel de Pereiro de Aguiar. Su situación de libertad le permitió hacerse con un arma, que llevó al motel al que se dirigió en coche en compañía de una prostituta con la que había concertado una cita anteriormente. Los responsables del establecimiento avisaron de lo ocurrido a la Guardia Civil. Varias patrullas acudieron inmediatamente al lugar de los hechos. Una vez que el médico forense autorizó el levantamiento del cadáver, fue trasladado en un coche fúnebre para practicarle la autopsia y terminar de confirmar las causas de la muerte.

Ramón Fernández Álvarez ya había intentando suicidarse antes. La primera vez, al menos la primera conocida, fue en febrero del 2009, cuando amenazaba con lanzarse a la presa de Albarellos, en Boborás, ante la certeza de que iba a ser detenido por la muerte de María Socorro da Silva, una mujer brasileña de 26 años, con una hija de corta edad, que ejercía la prostitución, cuyo cadáver había aparecido días antes en un río de la comarca. Negó haber sido el autor de la muerte, incluso culpó a un tercero, pero cuando los agentes policiales registraron su domicilio, en Cenlle, y hallaron restos de sangre en la bodega, terminó por confesarlo todo.

La noche de los hechos había tenido un encuentro con la mujer, a la que disparó dos veces con su escopeta tras una discusión motivada por que él no quería pagarle. Luego la envolvió en un plástico y la tiró al río.

Doce años de cárcel

La Audiencia de Ourense lo condenó a doce años y medio de prisión por asesinato. Cumplió condena en la prisión de Pereiro de Aguiar, en la que tuvo otros intentos de suicidio. Tras su conducta parecía estar el arrepentimiento por lo ocurrido.

Eso fue, al menos, lo que alegó en el 2012, cuando pidió que le dejasen donar un riñón a su hermana, gravemente enferma. Entonces, en varias cartas que escribió a La Voz desde prisión, reconocía buscar «una segunda oportunidad» y explicaba que «errores los tenemos todos». Parecía querer salvar la vida de su hermana buscando redimirse por haber acabado con la de otra mujer y las autoridades se lo permitieron.

El hombre discutió con la prostituta antes de encerrarse en el baño

Ramón Fernández Álvarez discutió acaloradamente con la prostituta que había llevado al motel antes de encerrarse en el cuarto de baño y pegarse un tiro. El hombre no se encontraba en un buen estado anímico. Según fuentes cercanas a la investigación, padecía frecuentes depresiones. Los investigadores interrogaron a la mujer y único testigo de este hecho sangriento que tuvo lugar en un motel cercano al aeropuerto de Peinador. La prostituta es de nacionalidad brasileña y se encuentra en una situación irregular en España, apuntaron fuentes cercanas al caso. La mujer solo pudo decir que su cliente se había encerrado en el cuarto de baño con intención de suicidarse y no pudo hacer nada para evitarlo.

El suceso dio paso a un fuerte dispositivo de emergencia en torno al motel.