El vasco Sánchez-Asiaín, exconsejero de Abanca, nuevo número dos

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Será el nuevo consejero delegado del banco en sustitución de Pedro Larena

11 abr 2017 . Actualizado a las 07:37 h.

Emilio Saracho ha decidido apoyar su tarea en el Banco Popular en dos hombres: Miguel Escrig e Ignacio Sánchez-Asiaín Sanz. Al primero lo conoce bien: fue su primer nombramiento, como adjunto a la presidencia, cuando llegó a la cúpula del Popular a finales de febrero. Este lunes le amplió responsabilidades como director financiero.

El segundo, por su parte, será el nuevo consejero delegado a partir del 18 de abril, relevando a Pedro Larena, elegido por Ángel Ron el pasado verano. Esa vinculación al banquero gallego le ha pesado demasiado. Larena no tenía la confianza del nuevo presidente, y decidió presentar su dimisión hace algunas semanas. El banco le buscó pronto relevo y la semana pasada, según las fuentes consultadas, el nombre de Sánchez-Asiaín estaba ya decidido. El banquero vasco aceptó el cargo y ayer mismo se despidió de Abanca, donde era consejero desde hace algo más de un año. Su última presencia en Galicia fue durante una presentación pictórica en A Coruña. Aunque su gran pasión, dicen quienes le conocen, es la banca. Le viene de familia: es hijo del recientemente fallecido José Ángel Sánchez Asiaín, quien fue presidente del BBV y uno de los pioneros en la entrada de nuevas tecnologías en la banca española. Su hijo se inició en el mismo lugar, en el BBV, donde llegó a ocupar algunas direcciones regionales. En el 2007 entró en el mundo de las cajas de ahorros como director general de la BBK, la caja de Vizcaya, su provincia natal. Tras la fusión de las tres entidades vascas, fue director general de Kutxabank. En el 2015 se despidió.

Reestructuración a la vista

A Sánchez-Asiaín le tocará ahora afrontar un nuevo proceso de reestructuración del Banco Popular que supondrá, además de una posible ampliación de capital que anunció ayer Saracho, la venta de algunas divisiones muy productivas para reforzar su solvencia, castigada tras la reciente reformulación de cuentas de años pasados. La operación más avanzada es la venta de la división de tarjetas Wizink, por la que podría recibir unos 1.000 millones de euros. También se planea la venta de su filial en Estados Unidos y los activos que quedan en Portugal.

En el desarrollo del banco juega un papel clave el Pastor: gracias a su red es el segundo mayor banco en Galicia, con una fortísima presencia en pymes.