Erdogan apela a las urnas para alejarse de la UE y afianzar su deriva autoritaria

PATRICIA ALONSO ESTAMBUL / E. LA VOZ

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El presidente turco necesita ganar el referendo para perpetuarse en el poder

16 abr 2017 . Actualizado a las 00:38 h.

El próximo domingo, los turcos van a las urnas para votar la reforma constitucional que daría a su presidente todo el poder y que serviría para perpetuar en el cargo a Recep Tayyip Erdogan al menos hasta el 2029. El resultado de la consulta podría tener un gran impacto en la región y, en especial, en las relaciones entre Turquía y la Unión Europea.

¿Qué pretende Erdogan con el referendo constitucional?

El Gobierno turco plantea las 18 enmiendas constitucionales como la única opción para una Turquía más fuerte y estable. La caída del valor de la lira y el aumento del paro, la crisis con Chipre, los problemas con la Unión Europea y la falta de acuerdo con Estados Unidos sobre la estrategia a seguir en Siria son sólo algunos ejemplos que se suman al estado de emergencia en el que se encuentra inmerso el país desde el intento de golpe de estado del pasado julio. Desde entonces, cientos de miles de personas han sido purgadas de las instituciones públicas y el número de periodistas encarcelados ha hecho que Turquía sea duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, e incluso el Parlamento Europeo.

La reforma constitucional plantea eliminar la figura del primer ministro, pasando a ser el presidente jefe de Estado y del Ejecutivo y el encargado de nombrar y deponer a los ministros. También podrá nombrar a seis jueces de los trece que componen el consejo judicial. Desde la reforma judicial del 2010, el presidente tiene además poder de nombrar a 14 de los 17 magistrados de la Corte Constitucional. Es decir, de aprobarse la consulta, el presidente nombrará a 20 de los 39 jueces más relevantes del país. Además, el presidente deja de ser neutral, y podrá mantener los vínculos con su partido.

El Parlamento seguirá teniendo el papel de controlar al Ejecutivo y podría proponer, bajo mayoría, una investigación si el presidente fuese acusado de algún crimen (hasta ahora era solo por traición). La Corte Constitucional, formada por jueces designados por el presidente, sería la encargada de llevar el caso.

Además, se proponen otros cambios como la eliminación de las cortes militares y la reducción de la edad para ser parlamentario de 25 a 18 años entre otras medidas.

¿Quién va a ganar?

Los sondeos muestran resultados muy ajustados. La clave parece estar en el porcentaje de indecisos, que fluctúa según la encuesta que se consulte y puede llegar al 29 %. Los que han seguido el éxito político de Erdogan no se atreven a apostar en su contra.

De salir el no, el presidente podría decidir repetir la consulta, como ocurrió tras los comicios del 2015. Otra opción que se contempla es que adelante las elecciones a noviembre con la esperanza de conseguir suficiente representación en el Parlamento, y aprobar así la nueva constitución sin consultar a la ciudadanía.

A favor del sí están los simpatizantes del partido islamista AKP, el partido de Erdogan, aunque no todos lo apoyan. También el nacionalista MHP, que hasta hace poco se mostraba en contra de un sistema presidencialista. Se dice que su líder obtendrá una vicepresidencia a cambio de su apoyo. En contrase han posicionado el partido republicano CHP y el pro kurdo HDP, además de asociaciones de derechos humanos e incluso la Unión Europea, que cree que Turquía estaría mermando su ya dañada democracia.

¿En qué situación está la oposición?

La oposición ha tenido muchas trabas para hacer campaña: menos minutos en televisión, ataques en la calle, e incluso detenciones. Quizá por ello, mucha gente no entiende lo que está votando. Especialmente los votantes del sí, según revelan los sondeos. Además, los copresidentes del partido pro kurdo HDP, Selahattin Demirtas y Figen Yuksekdag, están en la cárcel desde el pasado noviembre y se enfrentan a penas de 142 y 83 años, respectivamente. Otros parlamentarios del HDP también han sido encarcelados, acusados de propaganda terrorista.

¿Hay miedo en Turquía tras la ola represiva de los últimos meses?

La mayoría de los intelectuales y muchos periodistas turcos contrarios al gobierno han dejado Turquía, otros han sido encarcelados acusados de propaganda terrorista. Según Yavuz Baydar, periodista en el exilio, dos tercios de los periodistas encarcelados en todo el mundo se encuentran en Turquía. La sensación, dicen algunos de los que decidieron partir, es de aislamiento y soledad en su propio país. A ello hay que sumar las miles de detenciones y despidos tras la tentativa de golpe del pasado año, atribuida a los simpatizantes del clérigo Fetullah Gülen.

¿Por qué Erdogan se enfrentó a los países europeos?

En las elecciones del 2015, Erdogan obtuvo el 60 % de los votos emitidos en Alemania. En Turquía, se quedó por debajo de la barrera del 50 %. Alemania y otros países con grandes minorías turcas, como Holanda y Austria, representan un porcentaje de apoyo muy importante para el AKP, de ahí que tuvieran especial interés en hacer campaña en esos países. Algunos analistas han asegurado que la crisis diplomática no fue más que una estrategia de campaña para alimentar el nacionalismo antioccidental y conseguir así más votos.

¿Le interesa a Turquía alejarse de la UE?

Erdogan está donde está gracias a su discurso populista, que se ha ganado a los nacionalistas turcos. Sin embargo, muchos admiten -incluso en su propio partido- que una Turquía más fuerte solo es posible si las relaciones con poderes externos, como la Unión Europea y Estados Unidos, son buenas. A la Unión Europea no le interesa cancelar las relaciones con Turquía, entre otras cuestiones por su papel clave en el control del flujo de migrantes, pero tampoco al Gobierno otomano le interesa alejarse de la UE. El simple hecho de estar negociando su adhesión le otorga un reconocimiento global que de otra manera perdería.

Sea cuál sea el resultado del próximo domingo, la situación para Turquía no es fácil. La adhesión a la UE parece más lejana que nunca y, de reinstaurar la pena de muerte, como se ha prometido, las negociaciones se cancelarían de inmediato.

«Los que votan sí no saben lo que están votando. Es malo para Turquía»

Sin apenas voz de tanto gritar «hayir» (no en turco), Azize, miembro de la organización del Partido Patriótico (antes Partido de los Trabajadores), recoge los datos de todos los interesados en participar en un grupo de justicieros organizados por cinco partidos de la oposición. Les piden a los que se acercan a su puesto, en el barrio asiático de Kadiköy, que cuando vayan a votar informen de cualquier anomalía. «Les pedimos que nos manden un wasap y nosotros nos acercamos al centro electoral», cuenta.

Dos mujeres mayores preguntan por los sondeos. «Lo último que tenemos es un 54 % a favor del no a la propuesta de Erdogan», dice Azize con orgullo. «Inshallah», responden. Lo cierto es que los sondeos han mostrado resultados muy ajustados desde el principio, con varias encuestas favoreciendo el sí. La clave está en el porcentaje de indecisos, que Azize dice que hasta hace poco rondaba el 10 %.

Para los que apoyan el no, los votantes del AKP, el partido de Erdogan, son también muy importantes. «Varias mujeres que visten el hiyab se han acercado para preguntarnos qué pueden hacer. Dicen que ellas votan por Erdogan, pero que mañana votarán no», cuenta esta trabajadora social que ha vivido más de 40 años en Alemania. «El referendo de hoy no es sobre una persona, o sobre un partido, es sobre Turquía», añade.

Cánticos de hinchas

A solo unos metros del puesto que defiende el apoyo al no, un grupo de personas rodeados de policía ondean banderas y alzan pancartas con «evet», sí en turco. Ante una avalancha de partidarios del no, ambos grupos empiezan a entonar cantos, cada vez más alto. Parecen hinchas animando a su equipo. Sin embargo, durante el mes que han estado haciendo campaña y organizando eventos en el vecindario no han registrado problemas. Tampoco en el lado europeo, asegura Azize. No todos los opositores han tenido la misma suerte.

«Los que votan sí», cuentan dos hermanas turcas que recientemente visitaron A Coruña, «no saben lo que están votando. No se dan cuenta de que esto es malo para Turquía. Perderemos la democracia y muchas oportunidades». Al despedirse, hablan de esperanza y lanzan un mensaje de auxilio: «sabemos que en España es Semana Santa. Rezad por nosotros».