La OSCE afirma que el referendo no fue democrático y Erdogan lo niega

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

Elecciones en Turquía
L.P.B.

El presidente amenaza con celebrar una consulta para alejar a Turquía de la UE

18 abr 2017 . Actualizado a las 00:27 h.

El referendo turco «no cumplió los estándares del Consejo de Europa». Es la escueta conclusión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Sus 63 observadores desplegados durante la jornada electoral del domingo han determinado que el Gobierno turco no se ajustó a las reglas democráticas para celebrar la consulta que acabó otorgando por un margen mínimo de votos (51,4%) nuevos poderes casi ilimitados al presidente Recep Tayyip Erdogan.

La OSCE detectó varias irregularidades. La primera de ellas en el recuento. Tal como denuncia la oposición, se validaron 2.500.000 votos sin sello oficial. El organismo también pone el foco sobre la desigual campaña entre los defensores del sí y el no, la «falta de imparcialidad» y de información sobre la reforma constitucional, las restricciones impuestas por el estado de excepción vigente en el país desde el fallido golpe de estado del 2016 y la estigmatización de los partidarios del no a quienes se les comparó con simpatizantes de los terroristas.

La OSCE no se atreve a invalidar por el momento los resultados, pero el principal partido de la oposición turca, los socialdemócratas del CHP, exigirán su anulación. Erdogan rechazó las críticas de la OSCE: «Preparan un informe a su gusto (...) ¡Primero, manténganse en su lugar!»

El clima en el país otomano se tensa. La sociedad está resquebrajada en dos bandos. En esa pugna la diáspora ha sido clave para inclinar la balanza a favor de Erdogan. En países como Bélgica el 75 % de la comunidad turca votó sí. Lo mismo que el 73 % en Austria, el 71 % en Holanda, el 65 % en Francia y el 63 % en Alemania, que acoge a la mayor diáspora turca del mundo (1.430.000). Erdogan triunfó en los países a los que acusó de comportarse como nazis por no permitir actos de campaña en busca del voto emigrante.

Desafío a la UE

Ankara calificó las conclusiones de «sesgadas y parciales» y Erdogan, crecido por esta última victoria, anunció que volverá a desafiar a la UE. El turco sugiere la convocatoria de otros dos referendos. Uno para reinstaurar la pena de muerte y otro en torno a la adhesión a la UE, que aguardan desde hace décadas.

Austria pide poner fin a la adhesión de Turquía: «No podemos hacer como si no pasara nada. Debemos parar las negociaciones y trabajar en un acuerdo de vecindad», sostuvo el ministro austríaco de Exteriores, Sebastian Kurz. Angela Merkel ha sido la primera en demandar a Ankara «discusiones políticas lo antes posible» y aunque no respalda que se entierre la candidatura de Turquía, su ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, advierte que introducir la pena capital será «sinónimo del fin del sueño de Europa» para el país del este. El presidente François Hollande impuso la misma línea roja. Si Ankara no actúa conforme a la Convención Europea de los Derechos Humanos, las puertas de la UE se cerrarán para siempre.

En Bruselas se teme que una ruptura abrupta de las relaciones ponga en peligro el acuerdo migratorio y la colaboración en materia antiterrorista. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pidió cautela y tiempo para repensar la relación con Turquía. En la Eurocámara las principales fuerzas descartan que el país otomano se integre en la UE tras este último giro autoritario.