Los emigrantes resultaron claves en la victoria de la reforma
17 abr 2017 . Actualizado a las 11:30 h.Erdogan lo consiguió: tendrá su reforma electoral a medida tras la ajustada victoria del sí, pero esa senda lo aleja de la Unión Europea y agranda la brecha con sus opositores, que no dudaron en acusarle de pucherazo.
El Gobierno turco apeló a los nacionalistas durante la campaña, asegurando que un sistema presidencialista supondría una Turquía más fuerte y estable que nunca. Sin embargo, a falta de resultados oficiales, las acusaciones de irregularidades en los centros electorales no se hicieron esperar.
El pueblo otomano tomó ayer una de las decisiones más importantes de su historia política desde que Atatürk, el padre de todos los turcos, estableciese la república en 1923. Esta noche ha sido también su noche más larga.
Según datos de la agencia estatal de noticias Anadolu, publicados tres horas después del cierre de los colegios electorales, el sí habría ganado por un 51 %, con una participación cercana al 86 %. Las tres metrópolis turcas, Estambul, Izmir y Ankara habrían votado en contra de la reforma constitucional que dará a Erdogan todo el poder y le permitirá ser presidente hasta el 2029.
En cuanto a Europa, los países con mayor minoría turca como son Alemania, Holanda, Francia, Bélgica y Austria, votaron a favor del nuevo sistema. El resultado no es sorprendente, pues en las elecciones generales de 2015 Erdogan obtuvo un 60 % de los votos de los turcos alemanes. Esto explica el interés de hacer campaña en esos países y el conflicto diplomático entre Turquía y los Países Bajos.
Alrededor de las diez de la noche, el primer ministro, Binali Yildirim, cuyo puesto se eliminará bajo la nueva constitución, dio por válidos los resultados publicados por Anadolu. Poco después, el presidente Recep Tayyip Erdogan confirmaba que el sí había ganado, y prometió un próximo referendo sobre la pena de muerte, lo que eliminaría la posible entrada en la UE.
Acusaciones de irregularidades
Los principales partidos de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el pro kurdo HDP declararon que los resultados oficiales de la Junta Electoral todavía no habían sido publicados, y que según sus informaciones -solo los partidos políticos tienen acceso a esos datos- el no aún podría ganar. El HDP aseguró además que, según sus datos, ha habido una manipulación de entre el 3 y el 4 % de los votos, mientras que el CHP dice tener documentación en su poder que demuestra el fraude electoral y que utilizará para impugnar al menos el 37 % de estos.
La junta electoral también fue criticada por decidir al cierre de los colegios contabilizar los votos sin sellar, salvo que pudiera probarse que fueron introducidos desde el exterior.
Mientras, partidarios del sí han salieron a celebrarlo en las calles de Estambul con fuegos artificiales, música y disparos al aire en algunas zonas de la periferia.
Analistas internacionales temen lo que pueda pasar ahora. Un resultado ajustado entre acusaciones de fraude puede suponer una escalada de las tensiones en una Turquía ya de por sí dividida. De haber manifestaciones -a última hora de la noche algunos ya salían a la calle a protestar contra el resultado-, el Gobierno podría llamar a sus seguidores a la calle, como ya hizo durante el intento del golpe de Estado, lo que podría generar violencia. De confirmarse el sí, pocos creen que Erdogan espere a aplicar las reformas en el 2019, cuando está previsto hacer el cambio oficial. Probablemente convoque elecciones antes.