Solo el 16% del carbón «energético» de Asturias es autóctono

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Carbón almacenado en el puerto de El Musel
Carbón almacenado en el puerto de El Musel

Alcaldes mineros, ecologistas y expertos en energía hablan del futuro de la explotación minera. «El consumo de hulla autóctona está por los suelos por una cuestión política», asegura Adrián Barbón

01 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El consumo de carbón representó en 2015 el 67,7% del consumo total de energía primaria. El 56,5% era importado y un 11,2%, autóctono. Del total empleado, por lo tanto, solo un 16% era autóctono, que sigue agonizando pese a que en el modelo energético de Asturias el mineral negro siga teniendo un peso prioritario. «El consumo del carbón autóctono está por los suelos por una cuestión política», asegura Adrián Barbón, alcalde de Laviana y presidente de la Asociación de las Comarcas Mineras (Acom), «si quisieran pondrían los medios para garantizar el consumo de carbón nacional». 

Tiene claro que el Gobierno del PP nunca apostó por el carbón autóctono y recuerda que el 31 de diciembre de 2014 finalizó el periodo de vigencia del real decreto que incentivaba la quema de carbón nacional en la generación de electricidad. «Es un problema político, ni tan siquiera de precios porque el de aquí es más barato», insiste Barbón, que sigue abogando por que se establezca algún tipo de mecanismo que garantice su entrada en térmica. «No es un problema medioambiental», añade, «nosotros queremos que se aborde la transición energética con seriedad, apostando por las renovables pero, en los momentos en los que estas energías no producen, deberían funcionar otros sistemas y ahí el carbón autóctono es una excelente fuente de energía perfectamente compatible con las renovables». 

Las ayudas hicieron crecer el consumo de carbón autóctono

Según el director de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), Juan Carlos Aguilera, las condiciones técnicas y económicas de explotación de los yacimientos de carbón autóctono son las que marcan la evolución de los porcentajes. «Durante el periodo de 2011 a 2013, el porcentaje de consumo primario con carbón autóctono aumentó debido al programa transitorio de ayudas que garantizaba su uso en los momentos de caída de la demanda de electricidad y posibilitaba el cumplimiento del Plan Nacional de Reserva Estratégica de Carbón 2006-2012», recuerda.

En todo caso, la extracción de carbón tiene los días contados en las comarcas mineras. «La situación de crisis es gravísima y si las empresas del carbón no traen carbón, habrá más EREs, más ERTEs, más despidos y mas crisis empresarial…», lamenta Barbón, que asegura que el Gobierno del PP no ha invertido nada de lo previsto en el marco de actuación establecido para el periodo 2013-2018 y se le debe seguir exigiendo que ponga en marcha sistemas de reactivación de las comarcas mineras. 

Los riesgos de prescindir prematuramente del carbón en la generación energética

Aguilera, respecto a la transición que afronta el mix energético en Asturias, explica que los cambios en el sector requieren de largos plazos de ejecución. «Por ello, en el proceso de transición energética en el que nos encontramos, el carbón mantendrá un papel significativo, acompañando a la progresiva implementación de los sistemas de generación en base a fuentes de energía renovables y a los programas y actuaciones de eficiencia energética en todos los ámbitos de la actividad económica, como ejes de acción fundamentales, así como al desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de CO2», asegura, considerando que prescindir prematuramente fuentes de generación energética tradicionales como el carbón «podría poner en riesgo la garantía y calidad de suministro, la eficiencia económica del proceso de transición energética en su conjunto y la existencia misma de algunas actividades industriales y de servicios». 

El portavoz de Ecologistas en Acción de Asturias, Paco Ramos, considera que en ese importante peso del carbón en la energía primaria del Principado debe tenerse en cuenta el hecho de que existen dos carbones distintos como son el térmico y el siderúrgico. «Y efectivamente la proporción de carbón nacional o importado tiene que ver, por una parte, con la reducción de carbón nacional, que fue lo pactado desde hace tiempo, y por otro, con el precio de carbón internacional», indica, recordando que en 2010 no se utilizó ni carbón nacional ni importado «y ahora se ha vuelto a utilizar porque el carbón de importación está al 50% del precio que estaba años atrás».

El cierre de centrales térmicas

En centrales como la térmica de Aboño, apunta, solo se usa carbón importado «y desde siempre, además de que es de las que tiene expectativas de futuro». En este sentido, hay que recordar que el parque generador de energía eléctrica, debido al cierre de varias centrales térmicas, descendía el año pasado en España y, en el caso de Asturias, desde 2014 se han cerrado varios grupos térmicos de carbón de acuerdo con los planes previstos ya desde 2008. En concreto, en 2014 se cerró Lada III, con 155 megavatios y, en 2015, el grupo Soto II con 253 megavatios. «Esto supuso una reducción en 2015 de la potencia total instalada en Asturias del 8,9% respecto a la de 2014», indica el presidente de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), Juan Carlos Aguilera, recordando que en 2016 la Dirección General de Política Energética y Minas autorizó el cierre de Narcea I. 

«Las centrales de carbón que estén en la costa, más cerca de los puertos, son las que tendrán a este nivel de precios internacionales, y si no cambian, alguna posibilidad de funcionamiento de futuro», augura Ramos, que puntualiza que hablar del futuro de las centrales térmicas y del sector del carbón son cuestiones diferentes. «Hablar del futuro del sector del carbón en Asturias cuando todas las explotaciones han cobrado, no por planes de actualización, modernización o eficiencia, sino por planes de cierre», recuerda. 

En 2018, según lo previsto en el plan de cierre del carbón, se clausurarán los dos últimos pozos asturianos. «Está así pactado, se decidió cerrar la minería a cambio de paz social, que se ha cumplido», recuerda Ramos, que calcula que las centrales térmicas que se mantengan invertirán en seguir avanzando en la legislación que regula las emisiones contaminantes «y, si el carbón está caro y son centrales más viejas que deciden no invertir, trasladarán la mayor parte de las térmicas de este país a medio plazo como ya se hizo con más de 50 de fuel en toda España. Veremos qué pasa con las centrales de Lada, las de Soto de Ribera y la 1 de Aboño. Estamos en una línea de cierre, pero otra cosa es el alcance, que dependerá de decisiones empresariales sobre inversiones o no de adaptación a la normativa medioambiental».