Pedro Sánchez fracasa en su intento de sumar a Patxi López a su candidatura

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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El exlendakari dice que no retirará su candidatura, para evitar una «división suicida»

06 may 2017 . Actualizado a las 09:32 h.

Con poco más de 6.200 votos de diferencia en avales entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, las primarias están abiertas. En ese escenario, captar a los militantes que apoyan a Patxi López puede resultar decisivo. El exlendakari no cuenta, pero sus casi 10.000 avalistas son un objetivo para los dos candidatos que se van a disputar la secretaría general. Tanto el ex secretario general como la presidenta andaluza tratarán de recabar sus apoyos apelando al voto útil. Pero el que ayer mismo ya dio ese paso, crecido tras su demostración de fuerza en la recogida de firmas, fue Sánchez, que tendió su mano a su «querido amigo» López para que retire su candidatura y recuperar la dirección del PSOE junto al que fue uno de sus puntales cuando era secretario general y defensor a ultranza del «no es no» a Mariano Rajoy hasta que se abstuvo en la investidura obedeciendo el mandato del comité federal. Los sanchistas tienen encuestas que aseguran que hasta dos tercios de los que respaldan a López tienen como segunda opción a Sánchez.

«Quiero hoy desde aquí tender la mano a Patxi López, con todo respeto y humildad. Para mí y para nosotros sería un honor, un orgullo, compartir camino para hacer del PSOE un partido creíble, coherente, abierto a la participación de la militancia», aseguró Sánchez en su llamamiento, antes de pasar a enumerar algunas de las propuestas del programa del diputado vasco que hace suyos, aunque no acepte su oferta, y que se compromete a poner en marcha si gana las primarias.

Disgusto de López

La iniciativa de Sánchez sentó mal en el equipo de López, porque este no había recibido ninguna llamada del exlíder socialista antes de que hiciera público el anuncio, lo que compararon con otros realizados por Pablo Iglesias sin previo aviso, el último de ellos la moción de censura. Posteriormente, en una rueda de prensa, confirmó que no le habían gustado las formas, porque «no es correcto que cuando se está entre compañeros primero se anuncie algo en público y luego se llame». Y rechazó de plano el ofrecimiento porque su candidatura es más necesaria que nunca. «No me voy a retirar, porque no puedo dejar abandonados a los militantes de la unidad», manifestó. Pidió a sus seguidores que no desistan y «sigan enarbolando la bandera blanca para evitar la batalla de la división suicida» y que se conviertan en «constructores de la concordia para salvar al PSOE». «No voy a hacer apaños ni pactos oscuros», reiteró.

Señaló que «cada vez resulta más evidente que el grado de división y de enfrentamiento es una señal de alarma» y que «la fractura interna ha llegado a unos niveles de emergencia», advirtió.

Disculpas

Mientras, la tensión seguía en lo más alto entre susanistas y sanchistas. El equipo del ex secretario general instó a los partidarios de Díaz a que les «pidan disculpas» por haber sembrado dudas sobre sus avales diciendo que eran «falsos». «Ya vale de intentar manchar la candidatura de Pedro», advirtió uno de sus portavoces, el secretario de organización del PSOE de Navarra, Santos Cerdán. Los afines a la presidenta andaluza negaron haber hecho esas acusaciones.

Díaz cambia de estrategia y se lanza al ataque frontal al ex secretario general

Tras encajar el golpe que le ha supuesto comprobar que Pedro Sánchez le pisa los talones y que las primarias no las tiene ni mucho menos ganadas, Susana Díaz decidió ayer cambiar de estrategia y pasar al ataque directo al ex secretario general. «Hay quien está contento por ser segundo, y ya es la tercera vez que está contento por ser segundo», aseguró la presidenta andaluza para poner de relieve las dos derrotas electorales de su adversario en las últimas elecciones generales, en el 2015 y el 2016. «Pero a mí me gusta más que nosotros seamos primeros y que después seamos primeros también en el Congreso y primeros en las próximas elecciones generales», añadió para redondear su pulla. No fue la única. Sobre la oferta de Sánchez a Patxi López, dijo que ella no va a «estar en confluencias por arriba o en mesas camillas para rebañar algunos votos».

Díaz destacó el «resultado histórico» que representa haber presentado 63.000 avales -59.390 válidos-, un récord en el partido. Adelantó que ahora su objetivo es pelear en las federaciones donde ha obtenido menos avales, como Cataluña, Baleares, donde estuvo ayer, o incluso la Comunidad Valenciana, donde ha perdido pese a contar con el apoyo de su presidente, Ximo Puig. Este le reiteró su respaldo, porque es la mejor alternativa, y confió en que el hecho de que esta recabara menos firmas en su comunidad no afectará a la confianza de la militancia en él ni a su candidatura a la reelección.

El equipo de Díaz cree que debe cambiar su estrategia, dejar de lado su perfil institucional, tener más contactos con los medios de comunicación, en los que se prodiga muy poco, y entrar en el cuerpo a cuerpo con Sánchez, al que hasta ahora ha ninguneado. El paso de ayer es la primera muestra de esa rectificación, que va pareja con el shock que provocó en sus filas el número de avales presentados por el exlíder, casi el doble de lo que tenían previsto que sería capaz de conseguir. Esto les ha hecho aterrizar en una realidad distinta de la que creían, arrasar en firmas de los militantes para abortar las posibilidades de su rival. El escenario es ahora muy distinto, luchar a cara de perro, militante a militante, para vencer el próximo día 21. El apoyo de casi todo el aparato del partido, de los presidentes autonómicos menos una, Francina Armengol, y de las figuras históricas como Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero no le ha valido para despegarse significativamente de un Pedro Sánchez que se presenta casi en solitario.