El triunfo del juego «indie»

Carlos Pereiro

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Los estudios independientes se han mostrado durante los últimos años como una potencia en la creación de videojuegos frescos y originales. Sus títulos, creados con un gran y observable mimo, han llegado a marcar tendencia en géneros como el terror o las aventuras gráficas. La plataforma de compra online Steam les sirve de paraíso y punto de reunión entre creadores y jugadores.

28 may 2017 . Actualizado a las 19:50 h.

No solo en la música ha triunfado el indie y ha logrado mantenerse como un género en auge. Lori Meyers y Love of Lesbian aparte, la industria del videojuego ha visto en los últimos años cómo las pequeñas compañías no solo eran capaces de crear juegos excelentes, sino que han llegado a marcar el paso a seguir en cuanto a jugabilidad y desarrollo. ¿Qué puede hacer un estudio modesto para competir contra Sony o Ubisoft? Lanzar juegos donde la máxima sea la frescura, la originalidad y, en menor medida, el precio justo.

En el 2009, Markus Persson (también conocido como Notch) creaba un juego de aspecto terriblemente simple, con unos gráficos de poco interés para la época y que basaba su aventura en la realización de construcciones completamente libres a base de bloques, en los que uno podía contar los píxeles a simple vista. Se llamaba Minecraft y su mecánica enganchó a millones de usuarios. El desarrollador sueco vendería poco después por 2.500 millones de dólares la licencia de su obra. Un juego independiente podía triunfar, y de qué manera.

Gabe Newell, fundador de Valve y creador de la plataforma de compra de videojuegos Steam, siempre ha apostado por la creatividad y el rédito que las ideas pueden ofrecer. En su aplicación, miles de pequeñas compañías han encontrado el paraguas idóneo para poder llegar al gran público. No poder vender en un formato físico o acceder al mercado a través de alguna distribuidora ya no es un problema. Steam permite que cualquier usuario con una cuenta pueda comprar el videojuego en cuestión. Ahora, solo depende de la calidad del producto.

En los últimos años se han dado auténticos fenómenos de compras. Muchos jugadores ni siquiera sabían que el juego que apoyaban comprando era de una pequeña compañía. Firewatch, por ejemplo, se trata de una peculiar aventura gráfica ambientada en Wyoming. Gracias a su genial historia y a su cuidado apartado gráfico poco o nada tenía que envidiar a los llamados juegos triple A (aquellos títulos de grandes compañías, de presupuesto millonario y, en primera instancia, concebidos para triunfar).

En una industria que tiende a enfocar sus fuerzas en el desarrollo gráfico y la búsqueda de un apartado visual cada vez mejor, Hot Lane Miami 2 demostró el año pasado que nada de eso importaba si se proponía una gran historia y una salvaje y divertida jugabilidad. Sus gráficos partían del pixelart, pero lo que el juego contaba, la sobresaliente banda sonora y ese sabor retro hizo que miles de jugadores cayeran rendidos a sus pies.

Por otro lado, YouTube se ha convertido en un interesante escaparate para este tipo de juegos, que bajo ningún concepto podrían permitirse un anuncio en los canales de televisión. Que un youtuber famoso juegue a un determinado título deriva fácilmente en su compra por parte de miles de personas. O, como mínimo, en el conocimiento por parte del público del título. La obra de terror Outlast, puede funcionar como un gran ejemplo de ello.

Steam no solo permite a las desarrolladoras independientes colocar su lanzamiento, sino que hasta ofrece la posibilidad de disfrutar de los juegos de manera anticipada. Una especie de crowdfunding digital. La compañía decide ponerlo a disposición del usuario antes de que esté acabado para poder ir supliendo los gastos que ha generado. El jugador tiene horas de diversión ya aseguradas, y la jugabilidad irá mejorando a medida que pasen los meses. Generalmente, se incluyen objetos, o algunas ventajas adicionales que luego no se podrán obtener en el lanzamiento oficial, para animar las ventas. El juego de acción en 2D Dead Cells se encuentra en esta fase.

Por otra banda, el precio es otro de los atractivos que ofrecen los juegos indies. En la mayoría de casos, su precio de lanzamiento está por debajo de la mitad del título de una compañía de primer nivel. Así, por el precio de un juego recién lanzado al mercado podríamos comprar, fácilmente, tres o cuatro títulos alternativos. Es cierto, que tanto su formato como su estilo no llama la atención de todos los jugadores; al fin y al cabo, para gustos siempre ha habido colores.

El PC es, sin duda, la plataforma que más se beneficia de estos títulos. Las consolas, por su parte, suelen mostrar más restricciones a la hora de poder entrar en sus mercados, aunque poco a poco la tendencia está mudando hacia el aperturismo.

Outlast 2: padres del nuevo terror

Aunque la compañía Red Barrels Game fue fundada por antiguos desarrolladores de otros juegos como Prince of Persia y Assassin’s Creed, el reto de la creación de un título original lo suponía todo. No solo salieron airosos, sino que reiniciaron el interés por el género de terror en la industria del videojuego y obligaron a compañías como Capcom y su Resident Evil VII a adoptar sus principios. Outlast propuso una historia apasionante, un desarrollo adictivo (aunque algo lineal) y logró el aplauso del público. Outlast 2 continúa ese camino. El terror vuelve a acecharnos y la experiencia de jugar a oscuras y con cascos provoca que el pelo del cuerpo se erice a cada paso. La visión en primera persona se mantiene.