El Banco de España advierte: más de la mitad del empleo creado desde el 2013 es precario

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Sergio Barrenechea | EFE

Los salarios crecen menos que los beneficios empresariales

31 may 2017 . Actualizado a las 07:23 h.

Se ha pasado los últimos años el Banco de España pidiendo -clamando casi por ella- moderación salarial. Por doquier. En cada intervención de sus máximos responsables, antes o después, siempre sale a relucir aquello de que los sueldos no han de reflejar, al menos todavía, la tan cacareada recuperación económica. Y eso porque, con ello, el país perdería competitividad.

Pues bien, ayer la entidad que pilota Luis María Linde -el año pasado el gobernador se subió el sueldo un 1,5 %; el anterior, un 4,5 % y en el 2014, casi un 6 %- volvió a la carga. En el informe anual correspondiente al 2016, el organismo considera «crucial» que precios y salarios no recojan la subida del petróleo, un incremento ese que considera «transitorio». El temor, que si lo hacen se «disipen» las ventajas competitivas que tanto sacrificio ha costado conquistar en los últimos años. Eso sí, la misma contención les reclama el supervisor a los empresarios, a los que advierte que se les está yendo la mano con los beneficios. Y eso después de constatar que estos últimos suben más que los salarios. 

Precariedad laboral

Recuerda el equipo de Linde que el PIB está a punto de recuperar -lo hará este mismo trimestre- los niveles previos a la crisis. Pero no así el empleo. Ni de lejos. De hecho seguirá siendo -constatan los del gobernador- un 12 % inferior al que había antes de la tormenta. Es precisamente en el capítulo del mercado laboral donde la recuperación económica pierde todo su brillo. «Entre finales del 2013 y finales del 2016 se han acumulado casi 1,4 millones de nuevos empleos». Hasta ahí, perfecto. Pero es que «la creación de puestos de trabajo temporales ha representado el 54 % del total». Esto es, más de 750.000. 

La obsesión de las fusiones

Y casi nada nuevo más bajo el sol del Banco de España. Porque, por lo demás, el informe anual de la entidad viene a ser un catálogo de sus obsesiones, de sobra conocidas. Insiste en que el país debe poner coto a su elevado endeudamiento, buscar soluciones a la escasa rentabilidad de sus entidades financieras (insiste en la necesidad de más fusiones) y reformar las pensiones (si no hay más ingresos, no quedará otra, dice la entidad, que meter la tijera a la pensión media).

Para este año, las perspectivas económicas son «favorables», aunque el ritmo de crecimiento del PIB se moderará por dos motivos: la política fiscal deberá seguir siendo restrictiva para acabar de meter en cintura el déficit (el objetivo es del 3,1% este ejercicio) y el impacto que tendrá sobre las rentas de familias y empresas un petróleo más caro.