El peor atentado desde la invasión estadounidense tiñe de sangre Kabul

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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Localización del atentado

Ningún grupo se atribuye el ataque que causó 90 muertos y más de 400 heridos

01 jun 2017 . Actualizado a las 01:33 h.

Un camión bomba provocó este miércoles una masacre en el corazón del centro diplomático y político de Kabul, la zona más segura de Afganistán. El atentado más cruento desde la invasión estadounidense del 2001 tiñó de sangre el inicio del Ramadán con un balance de 90 muertos y más de 400 heridos.

Ningún grupo armado ha reclamado la autoría. Los talibanes rechazaron estar detrás del ataque e incluso lo condenaron, pero en el pasado han evitado reivindicar acciones con muchas víctimas civiles. A su vez, la inteligencia afgana (NDS) responsabilizó a la red Haqqani (un grupo vinculado a los talibanes que creció al amparo de la CIA durante la era soviética) que habría contado con la ayuda de los servicios secretos pakistaníes (ISI). El Estado Islámico callaba, pero los dos últimos actos terroristas de envergadura en Kabul son obra suya.

Aunque tuvo lugar muy cerca de la Embajada de Alemania, nadie se atreve a decir que fuera el blanco del ataque. Cerca había muchos posibles objetivos: el palacio presidencial, el cuartel general de la OTAN, ministerios, embajadas, supermercados y oficinas de grandes empresas -como la de telecomunicaciones Roshan, que ha perdido a muchos de sus trabajadores- justo a la hora en la que cientos de personas acudían a su puestos de trabajo. Un kamikaze accionó la tonelada y media que cargaba un camión cisterna del servicio de alcantarillado.

La detonación dejó un cráter de siete metros de profundidad y se sintió como un terremoto en toda la ciudad. Las calles que rodean la plaza Zanbaq, el último control de la zona verde, se convirtieron en un infierno: transeúntes yacían despedazados y otros muchos ensangrentados por la metralla y los cristales rotos que provocó la onda expansiva, en medio de una treintena de coches en llamas.

El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, convocó un gabinete de crisis para afrontar los daños causados en la embajada, que dejó dos empleados heridos y un guardia afgano muerto. En los fallecidos y heridos hay periodistas de la BBC y la local ToloTV. El personal de la Embajada de España no se vio afectado.

El Ejecutivo afgano apenas controla un 40 % del país. A los talibanes le ha surgido un competidor: el Estado Islámico-Jorasán, la rama afgana. Muy activo, pese a que en los últimos meses ha perdido a dos emires, una docena de altos mandos y 750 de sus hombres, además de ser blanco en su bastión de Nangarhar de «la madre de todas las bombas» lanzada por orden de Donald Trump.