Alemania mira a España para evitar mil muertes anuales esperando un trasplante

Patricia Baelo BERLÍN / LA VOZ

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Pacientes trasplantados por cada millón de habitantes
A. L. C.

El país germano tiene una tasa de 10,4 donantes por cada millón de personas, lejos de los 43,4 españoles

05 jun 2017 . Actualizado a las 07:11 h.

Como cada primer sábado de junio, Alemania celebró el Día de la Donación de Órganos. Y lo hace con la mirada puesta en un vecino: «¡Aprendamos de España, líder mundial!», invocan los medios, que recuerdan que la locomotora económica europea ostenta hoy la menor cifra de donaciones desde la reunificación del país en 1990. Según la Fundación Federal de Trasplantes (DSO), el 2016 cerró con apenas 857 donantes, frente a los 1.200 del 2011.

Entretanto, más de 10.000 alemanes aguardan la llegada de un órgano y unos 1.000 mueren cada año en lista de espera. Una tendencia que se agravó desde que en el 2012 salió a la luz que varios centros habían manipulado las listas para que determinados pacientes fueran trasplantados antes que otros. El escándalo llevó al Parlamento a modificar la ley, que ahora pena con hasta dos años de cárcel las prácticas de este tipo.

La burocracia

«Pero ¿a qué se debe que la católica España sea mucho mejor?», se pregunta el diario germano Tagesspiegel. Muchos culpan a la burocracia.

Para ser donante en Alemania es necesario que dos médicos certifiquen la muerte cerebral, algo que solo es posible si esta se produce en un hospital. El otro requisito legal es haber cumplimentado un carné con los datos personales y los órganos o tejidos concretos que uno desea ceder.

Las encuestas realizadas en este país revelan que hasta el 81 % de los alemanes se declaran dispuestos a donar tras su muerte, aunque solo el 32 % llevan consigo el carné, sin el cual la decisión queda en manos de sus familiares, que suelen verse superados por las circunstancias.

El resultado es una tasa efectiva de 10,4 donantes por cada millón de personas, muy lejos de los 43,4 de España. Sin embargo, el éxito del sistema español no se basa únicamente en la lógica inversa, sino también en la organización. La locomotora es un país descentralizado, donde cualquiera de los 1.326 hospitales que existen dispone de autorización para realizar un trasplante. Ello implica retrasos en la identificación de donantes, además de un menor grado de especialización por parte del personal que realiza la intervención de forma esporádica, explica Axel Rahmel, presidente de la DSO.

Todavía es «un tabú»

Asimismo, la conciencia social desempeña un papel clave. «En Alemania es un tabú» y a muchos médicos les cuesta hablarles a los familiares sobre trasplantes, admite Rahmel. En su opinión, no basta con los 100 millones de euros que los seguros alemanes invierten cada año en publicidad sobre donación de órganos para recuperar la confianza de la población.