De Guindos defiende cómo se resolvió la caída del Popular: «Era un banco zombi»

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID | LA VOZ

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J. P. Gandul | EFE

Justifica que algunas Administraciones retiraran fondos de la entidad antes de la resolución por las rebajas de su «rating»

13 jun 2017 . Actualizado a las 00:06 h.

«Era un banco zombi». Así lo reconoció el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su comparecencia de ayer en el Congreso para explicar la resolución y subasta exprés del Popular, de la que mañana se cumplirá una semana. Aunque todos los grupos parlamentarios le afearon que solo dos meses antes del traumático fin del banco él defendiera la solvencia de este, De Guindos rechazó cualquier tipo de responsabilidad en el desastre y señaló, aunque nunca por su nombre, a Emilio Saracho como culpable del hundimiento de las acciones por la falta de «concreción» sobre el plan de futuro del banco.

«El 10 de abril, el nuevo presidente del Popular anuncia ante la junta de accionistas la necesidad de reforzar el capital, lo que podía pasar por una ampliación de capital o por una operación corporativa. Sin embargo, no detalla un plan de actuación concreto, y las acciones caen otro 17 % en apenas cuatro días», recordó De Guindos, que remató recordando la película Los otros, en referencia a la actitud de Saracho: «A veces no hay nada como estar muerto y no saber que lo estás».

Defendió el modo en que se llevó a cabo la resolución de la entidad, insistiendo en que se había hecho de forma «ágil y eficaz», protegiendo a los depositantes y sin que haya costado «ni un euro de dinero público».

Ante la insistencia de los grupos de la oposición en cuestionar la actuación de los supervisores y del propio Gobierno, que no evitaron el hundimiento del sexto banco español, De Guindos volvió a rechazar responsabilidades. Admitió, sin embargo, que «al final ha habido algo que ha fallado», pero colocando el foco sobre los responsables del banco: «A lo mejor tenemos que mirar más en la propia entidad. Al final, ningún supervisor determina las decisiones que la entidad toma a lo largo del tiempo».

Respecto a los «errores» cometidos, el ministro apeló a «mirar para delante» porque, «independientemente de los errores, los daños se han minimizado».

Durante su comparecencia también se refirió a la polémica ampliación de capital del pasado año, sobre la que consideró que el folleto de la misma incluía muchas advertencias. «Si eran suficientes o no, los juzgados son autónomos para valorarlo. Yo creo que esta situación no es equiparable a la vivida, por desgracia, en otras entidades financieras», dijo en referencia a Bankia.

La salida de masiva de fondos fue lo que provocó la quiebra. Se refirió en concreto a los reembolsos realizados por «grandes empresas, instituciones e inversores institucionales», a medida que las agencias de calificación le rebajaban la nota. Así justificó, por ejemplo, que ayuntamientos y comunidades retiraran sus fondos, aunque negó que la Seguridad Social lo hubiera hecho.

Preguntada la Xunta al respecto, se limitó a responder que «la operativa» de sus cuentas bancarias en las últimas semanas «foi a habitual e consistiu no movemento de saídas e entradas ordinario para facer fronte coa máxima axilidade aos pagamentos aos provedores». Pero no especificó si ha cambiado o no de entidad financiera.