Diana de Gales, bulimia y ansiedad en palacio: «Estaba desesperada»

rita álvarez tudela LONDRES / CORRESPONSAL

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«The Daily Mail» publica la transcripción de varias cintas grabadas por Lady Di para Andrew Morton

13 jun 2017 . Actualizado a las 07:52 h.

«Estás un poco gordita aquí, ¿no?», le habría dicho poco antes de casarse el príncipe Carlos a Diana de Gales. Ese comentario, unido a la ansiedad por tener escolta y ser el foco de todas las miradas, llevaron a la princesa a sufrir bulimia lejos de un público que empezaba a adorarla. En meses su cintura pasó de 73 a 60 centímetros. A punto de cumplirse 20 años de su muerte, el tabloide The Daily Mail aprovecha para publicar la transcripción que varias de las cintas que Diana habría grabado en secreto para el autor Andrew Morton, en las que no oculta su desesperación por la relación extramatrimonial que Carlos mantenía con Camilla Parker Bowles, su actual mujer. Tras el éxito de su libro Diana: la verdadera historia, ahora Morton hará una reedición especial en la que incluirá algunas de las transcripciones más polémicas. La prensa británica ofrecía ayer algunos de los pasajes de cuando Diana conoció a Carlos, en 1977, con tan solo 16 años. El hijo mayor de Isabel II tenía 29 años y estaba saliendo con la hermana de Lady Di, Sara, pero esa relación fracasó a los nueve meses y se fijó entonces en Diana.

En los audios, la princesa reconoce su infelicidad. Explica sus intentos de suicidio y cómo empezó a sufrir episodios de bulimia: «Estaba desesperada, desesperada».

Cuenta cómo fue su primera estancia en el castillo de Balmoral. Carlos llevaba 22 piezas de equipaje y ella solo portaba cuatro o cinco: «Me sentí un poco avergonzada». La presencia de Camilla Parker empezó a hacerse constante. «Ella sabía muchas cosas sobre lo que hacíamos en privado. No pude entenderlo», decía Diana. Cuando ya estaban prometidos, Camila le habría mandado una invitación envenenada para comer juntas y que le enseñase el anillo de pedida. «Fue una comida muy complicada, me dejaba caer demasiados mensajes que yo ni siquiera comprendía».

Diana pasó de vivir en un piso con tres amigas a mudarse a la residencia de la reina madre, en el centro de Londres. No fue el único cambio radical. «Todo comenzó a acumularse, la prensa estaba siendo insoportable, siguiendo cada movimiento. Era muy educada y nunca perdí los papeles o grité, pero lloré mucho, porque no recibí apoyo de Carlos», lamenta. Sus hijos se empeñan en mantener su legado vivo participando en causas solidarias, pero los tabloides británicos nunca dejan de hurgar en su pasado.