El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha asegurado que «cuestionar, aunque sea de esta forma indirecta, un derecho de los trabajadores como las vacaciones contribuye a deteriorarlo»
19 jul 2017 . Actualizado a las 13:41 h.La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dijo ayer que este año tampoco se irá de vacaciones, por tercera vez consecutiva, porque considera que «es una opción voluntaria», y porque «prefiere quedarse trabajando» durante los meses de julio y agosto porque «le gusta muchísimo su trabajo».
Cristina Cifuentes ha señalado que no pretende ni «polemizar» ni tampoco «decirle a nadie lo que tiene que hacer». «Las vacaciones es una cosa muy buena, pero tiene que ser voluntario», insistió antes de destacar también que son «una conquista de los trabajadores».
Esta decisión de la presidente madrileña ha generado una oleada de reacciones, algunas muy críticas. El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha asegurado que «cuestionar, aunque sea de esta forma indirecta, un derecho de los trabajadores como las vacaciones contribuye a deteriorarlo». Ha calificado como «indecentes» las palabras de Cifuentes, porque «no es una persona cualquiera» y sus palabras «tienen mucha influencia» y «ayudan a destruir los derechos conquistados».
También se ha mostrado crítico el secretario general de CCOO, Unai Sordo, que ha ha dejado claro que las vacaciones «son un derecho conquistado por los trabajadores» y ha afeado que «una responsable política con su responsabilidad haga apología de su no disfrute».
Mientras la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha recordado que «el contrato de trabajo en España da también derecho a vacaciones», si bien ha señalado que «respeta todas las decisiones personales», como la de Cristina Cifuentes. Ha señalado que respeta «la libertad individual» de «disfrutar o no» de las vacaciones y ha considerado que «trabajar también es una manera de pasar el mes de agosto».