Hallan muerto a Miguel Blesa con un disparo en el pecho

La Voz AGENCIAS

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Fuentes policiales investigan si el expresidente de Caja Madrid se pegó un tiro con una escopeta de caza

19 jul 2017 . Actualizado a las 14:32 h.

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha aparecido muerto con un disparo en el pecho efectuado con una escopeta de caza en lo que parece un suicidio, han informado fuentes de la investigación.

El cadáver ha sido encontrado a las ocho de la mañana en una finca llamada Puerto del Toro, en la localidad de Villanueva del Rey, en la provincia de Córdoba, hasta la que se han desplazado agentes de la Guardia Civil y facultativos médicos que solo han podido confirmar el fallecimiento. Pese a que las primeras hipótesis apuntan a un suicidio, no se descarta que se trate de un accidente, han añadido las mismas fuentes que han señalado que Blesa frecuentaba esa finca cordobesa para cazar.

Fue un trabajador de la finca privada, de 1.600 hectáreas situada en Sierra Morena, el que alertó a los Servicios de Emergencias 112 de que una persona se encontraba tendida en el suelo con un disparo. La muerte de Miguel Blesa fue certificada a las 8.40 horas, constatando que había sido causada por la perforación en el tórax de una bala de rifle.

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Córdoba han asumido la investigación sobre la muerte del exbanquero, condenado a seis años por el caso de las tarjetas black y que se enfrentaba a otro juicio por los sobresueldos de Caja Madrid.

Blesa, que iba a cumplir 70 años el próximo 8 de agosto, fue condenado en marzo por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el uso de tarjetas black de Caja Madrid -fue su presidente entre 1996 y 2010- al considerarle culpable de gastar con este medio 436.688 euros. 

Según fuentes policiales, Blesa, que llegó a la finca en torno a las 2:00 de la madrugada, se encontraba desayunando junto con un amigo, que es el dueño del coto de caza cercano que frecuentaba. En un momento se excusó de la mesa para mover su coche que estaba aparcado en unas cocheras. Instantes después el amigo escuchó un disparo y alertó al guardés de la finca que se encargó de avisar a los servicios de emergencias. El Instituto Armado ha tomado declaración a las personas que se encontraban en la finca cuando Miguel Blesa fue hallado muerto. 

El arma con la que se quitó la vida era de su propiedad Blesa acudía con frecuencia a cazar con un grupo de amigos a la finca cordobesa en la que ha sido encontrado muerto. La propiedad de la finca es de la Sociedad Rozuelas del Valle S.L, y la gestión del coto recaía directamente en sus administradores, uno de ellos un asesor inmobiliario al que le unía una vieja amistad con el exbanquero.

Blesa se quitó la vida disparando su propia arma, según las primeras pesquisas que manejan los investigadores y a falta de que el motivo de la muerte sea confirmado de manera oficial por la autopsia. El expresidente de Bankia estaba en posesión de las licencias de caza D y E y era propietario de quince armas

Ni desanimado ni abatido

Algunas fuentes de su entorno han asegurado que Blesa no se encontraba en los últimos días desanimado ni deprimido, aunque sí preocupado a veces por el devenir de la batalla judicial que afrontaba desde hace años. Las mismas fuentes destacan que el fallecimiento de Blesa se ha producido en un momento que no era el peor para el exbanquero, ya que albergaba «serias esperanzas» de que el Tribunal Supremo le diera la razón en el caso de las tarjetas black, tras recurrir la pena de prisión de seis años que le impuso la Audiencia Nacional.

Las expectativas de Miguel Blesa sobre un desenlace judicial favorable se sustentaban en otros casos precedentes, como el del crédito de Caja Madrid al expresidente de CEOE Gerardo Díaz-Ferran o el de la compra del Banco de Miami, que fueron sobreseídos.

El entorno de Blesa destaca además el «ánimo alto» del que solía hacer gala el exdirectivo, si bien reconocen que el proceso judicial que afrontaba era complicado y que podría haber acusado en cierta medida el «vapuleo sistemático» al que se había visto sometido por parte de la opinión pública. Uno de los momentos más duros desde el punto de vista de su imagen, reconocen, fue cuando el fiscal tildó de «depredadores» a los exconsejeros de la caja que se beneficiaron de las tarjetas black, calificativo que le dolió especialmente.

«En los momentos más duros jamás se le vio abatido, y curiosamente este no era el peor momento por el que estaba pasando»

«Pero en los momentos más duros jamás se le vio abatido, y curiosamente este no era el peor momento por el que estaba pasando, de hecho, era el más tranquilo», indican las fuentes, que piden cautela a la hora de especular con las circunstancias de la muerte del exbanquero, algo que, según recalcan, tendrá que determinar el juez.

Cuentas pendientes con la justicia

El expresidente de Caja Madrid había sido condenado hace cinco meses por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el uso presuntamente fraudulento que hizo de su tarjeta black. Además el banquero tenía otra causa pendiente por los sobresueldos presuntamente irregulares que se otorgaron en la caja extinta.

Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid entre 1996 y 2010, recibió la condena más alta de los 65 encausados por el uso de estos plásticos. La Sección Cuarta de la Sala de Lo Penal determinó que actuó al margen de la legalidad al atribuirse a sí mismo y los otros beneficiarios una tarjeta corporativa al margen del salario acordado y cuyo uso no precisaba de justificación de gastos.

Había sido condenado a 6 años por las blacks y se enfrentaba a otro juicio por sobresueldos Su defensa, que durante los cuatro meses que duró la vista oral insistió en que los acusados estaban siendo condenados antes incluso de existir sentencia, recurrió la resolución no firme ante el Tribunal Supremo, que estaba pendiente de pronunciarse sobre la misma. Paralelamente el banquero tenía pendiente otra causa instruida en los juzgados en Plaza Castilla también relacionada con su gestión al frente de la caja madrileña. La titular del Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid, Luisa María Prieto, dictó también en febrero auto de apertura de juicio oral por el que le sentaba en el banquillo a él y al exdirector financiero de la entidad Ildefonso Sánchez Barcoj por un delito de administración desleal derivado de los sobresueldos irregulares que, según el FROB, causaron un perjuicio económico de 14,8 millones de euros.

El expresidente de Caja Madrid estaba a la espera de conocer la fecha de celebración de este nuevo juicio en el que se enfrentaba a una petición de cárcel de 4 años por parte de la Fiscalía Anticorrupción.