Asturias confía en su poderío industrial como imán para captar empresas extranjeras

Raúl Álvarez OVIEDO

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La creación de puestos de trabajo en la industria comienza a recuperarse poco a poco.
La creación de puestos de trabajo en la industria comienza a recuperarse poco a poco.

El Idepa resume Asturias en siete dosieres para que las empresas interesadas en instalarse en la comunidad autónoma tengan una información clara, rápida y veraz de sus puntos fuertes

24 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En ocasiones basta con un mapa. Algunos inversores en potencia captan de un solo vistazo las ventajas geográficas de la posición de Asturias en la fachada atlántica europea y esa constatación les predispone a interesarse por todo lo demás que puede ofrecer la comunidad autónoma como lugar en el que abrir una fábrica o hacer negocios.

En otras ocasiones, la tarea resulta mucho más complicada. Entre las regiones europeas existe una competencia soterrada, pero no por eso menos feroz, para llamar la atención de empresas capaces de dejar huella en los resultados económicos o de crear empleo en los territorios donde elijan instalarse. La estrategia del Instituto de Desarrollo Económico asturiano (Idepa) para intentar sobresalir en ese mundo abigarrado de las presentaciones, las jornadas de divulgación y las reuniones con promotores pasa por identificar y promover los rasgos principales de la marca Asturias para emparejarlos con las necesidades de las compañías que busquen precisamente un destino así. La tradición industrial de la región, el depósito de talento que significan sus trabajadores especializados en las tareas más delicadas de los procesos fabriles y los titulados universitarios en ingeniería, así como un entorno bien dispuesto hacia la diversificación de las actividades gracias a la investigación, el desarrollo y la innovación aparecen de forma destacada en los contactos con interlocutores extranjeros.

El Instituto de Comercio Exterior (ICEX), el organismo estatal que se ocupa de la promoción económica de España en otros mercados, proporciona el espacio en el que el Principado (como el resto de las comunidades autónomas) da a conocer sus características ante cualquier inversor interesado. El Idepa organiza sus materiales en siete dosieres distintos que resumen y clasifican lo que Asturias tienen que ofrecer. Dos son genéricos: el primero hace una presentación breve del territorio regional y de sus principales recursos y magnitudes económicas; el segundo presenta al propio Idepa y las herramientas y los programas de promoción económica que ofrecen las entidades que de él dependen (la Sociedad Regional de Promoción, que da préstamos; la Sociedad de Garantía Recíproca, que concede avales; el Centro Europeo de Empresas e Innovación, que trabaja con emprendedores del sector tecnológico; y Asturex, la sociedad de promoción en el exterior).

Los otros cinco dosieres son sectoriales y resumen el estado de cinco sectores productivos presentes en la región y con margen de crecimiento y captación de inversiones: los materiales avanzados y la nanotecnología, la salud, la agroalimentación, la energía y las industrias ligadas a las nuevas tecnologías y la creatividad. En aplicación del principio de dinero llama a dinero, y para demostrar que las virtudes de la región no se predican en el vacío, cada uno de ellos recoge los casos de éxito de grandes empresas, ya sean autóctonas o multinacionales, que trabajan a pleno rendimiento desde sus bases en Asturias: Capgemini, CSC, Asturiana de Zinc, ArcelorMittal, DuPont, Capsa, Bayer, los institutos médicos Imoma y Fernández-Vega, Nestlé, TSK y Ence, entre otras.

En conjunto, la imagen con la que se queda un lector interesado en invertir es la de una tierra en la que el sector industrial aún representa el 22% de la actividad económica, un porcentaje que supera en varios puntos la media española y la de muchos países cada vez más dependientes de la fuerza del sector de los servicios. En España, es un porcentaje que solo alcanzan Cataluña o el País Vasco. En Europa, remite a la tradición alemana. «Lo que nos falta es creérnoslo. O querernos un poquito. Los asturianos tendemos a destacar solo lo que nos sale mal y no hablamos de lo que hacemos bien. Y algo que sí ofrecemos es un lugar donde una empresa puede no solo instalarse, sino crecer. Tenemos la gente, la tradición y la capacidad investigadora y tecnológica para que lo hagan», señala Eva Pando, la director general del Idepa.

A su juicio, lo que necesitan las empresas regionales para dar un paso adelante y equipararse a cualquier negocio extranjero que decida instalarse aquí es mejorar la productividad con la incorporación generalizada de las tecnologías digitales más avanzadas (lo que ya se conoce entre los expertos como industria 4.0) y ambición para no quedarse en la producción poco menos que artesanal y los negocios familiares. Entre las más de 67.000 empresas registradas en Asturias ni siquiera 5.000 tienen al menos cinco trabajadores en sus plantillas. «Así es muy difícil pensar en el exterior. Pero, para ser competitivos, en el futuro ya no valdrá el hecho en Asturias. Será más fácil darnos a conocer con el diseñado en Asturias», concluye Pando. La red de autovías, los puertos especializados de Avilés y Gijón, un aeropuerto que a pesar de las críticas por su oferta de vuelos enlaza la región con 22 destinos, el suelo industrial con acceso al mar de la Zalia, los modernos parques tecnológicos y la tradición académica e investigadores de la Universidad servirán de poco si la región no encuentra la manera de aprovecharlos.