El presidente Duda frena la deriva autoritaria de Polonia por sorpresa

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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KACPER PEMPEL | REUTERS

Veta la reforma de la justicia, pero la UE no se fía de las intenciones de Varsovia

25 jul 2017 . Actualizado a las 00:04 h.

Sorpresa en Bruselas y sorpresa en Varsovia. La decisión del presidente polaco, Andrzej Duda, de vetar parcialmente la reforma del sistema judicial que amenazaba con dirigir a Polonia hacia el autoritarismo cogió al Gobierno ultraconsevador del PiS y a la Comisión Europea con el pie cambiado.

La formación del conspiranoico Jaros?aw Kaczynski, quien apadrinó la polémica reforma y aupó a Duda al cargo, no tardó en cargar tintas contra el presidente polaco por haber echado por tierra un proyecto legislativo con el que aspiraba a liquidar la división de poderes sometiendo a los jueces al poder político. La presión pública, las manifestaciones, protestas y los cánticos frente al palacio presidencial hicieron mella en el presidente quien, olvidando viejas lealtades y favores, dijo no a la reforma del Supremo y a la del máximo órgano de gobierno de los jueces.

«Aun siendo urgente y necesaria, la reforma judicial no puede tener como efecto el miedo a un Gobierno opresivo. La ley del Tribunal Supremo no fortalece el sentido de justicia entre la población», explicó a través de los televisores a los miles de ciudadanos que seguían con el corazón en un puño los acontecimientos. Duda justificó el veto asegurando que no se puede aprobar ninguna reforma a costa de «dividir el país» y, para convencer a los más escépticos de su determinación, su portavoz aclaró que «la decisión es inamovible».

Se mantuvo firme a pesar del chaparrón de críticas que le cayó tras la reunión de urgencia que convocó la primer ministra, Beata Szdylo, quien ahora dispone de dos meses para enmendar las dos leyes. Su equipo de gobierno manifestó su «decepción» por el rechazo de Duda que solo accedió a aprobar la ley que permitirá al poder político nombrar jueces en los tribunales regionales de apelación.

Este giro inesperado no evitó que miles de polacos se diesen cita frente a la residencia del presidente para pedir que vete la reforma al completo. Los partidos de la oposición aplaudieron la decisión, pero quieren que se entierre de forma definitiva la infame propuesta que también ha levantado ampollas en Bruselas. La Comisión Europea lleva más de un año intentando meter al Gobierno polaco en vereda, sin éxito. Aunque el veto fue bien recibido en los cuarteles de la institución, nadie se fía ya de las intenciones y maniobras de los polacos.

«Hicimos una oferta para abrir el diálogo y todavía no hemos recibido respuesta», se quejó el portavoz comunitario, Margaritis Schinas. Lo cierto es que el movimiento de Duda ha dejado descolocado al equipo de Jean Claude Juncker que ya tenía preparado el trabajo para abrir nuevos expedientes sancionadores a Polonia. El país ya tiene dos en marcha. El primero por poner en riesgo y de forma sistemática el Estado de derecho y el segundo por desafiar a la UE negándose a cumplir con su cuota de acogida de refugiados. De nada le sirvió a Varsovia el cable que le echó el líder húngaro, Viktor Orban, quien acusó a Bruselas de actuar como una «inquisidora».

¿Se conformará la Comisión Europea con esta tregua? «Todos los acontecimientos se evaluarán de forma global. Serán los comisarios los que decidan», aseguran.