Scaramucci desata el caos en la Casa Blanca en solo una semana

Francisco Espiñeira Fandiño
francisco espiñeira REDACCIÓN / LA VOZ

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Carga contra Priebus y le acusa de filtrar sus datos a la prensa

28 jul 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

Anthony Scaramucci está decidido a que su presencia en la Casa Blanca se note. En apenas una semana, su elenco de enemigos no para de crecer. A la salida de Sean Spicer, el anterior responsable de comunicación de Donald Trump, a los pocos minutos de conocerse su designación, Scaramucci sumó este jueves al todopoderoso Reince Priebus, el jefe de gabinete de Donald Trump, quizá la figura más influyente del Gobierno estadounidense tras el presidente, su hija y el conspicuo Steve Bannon.

El motivo de la refriega tiene que ver con la filtración esta misma semana de los datos económicos de Anthony Scaramucci. Supuestamente, la información procedía del formulario que cualquier contratado por la Casa Blanca está obligado a completar al entrar en nómina. La custodia de esos documentos corresponde a Reince Priebus y su equipo, aunque es accesible para cualquier persona que lo solicite.

Y Scaramucci respondió, al igual que su jefe, Trump, vía Twitter al estriptís forzoso al que fue sometido. «A la luz de la filtración de mi información financiera, que es un crimen, voy a contactar con el FBI y el Departamento de Justicia», escribió antes de añadir la dirección del propio Priebus a modo de dedo acusador. Sin embargo, Scaramucci borró rápidamente ese tuit y negó a AFP haber acusado al alto funcionario de ser el responsable de lo que es su principal quebradero de cabeza: las filtraciones a la prensa.

Su autodesmentido no sonó muy creíble. Su enemistad con Priebus es manifiesta. El jefe de gabinete presidencial era muy amigo de Spicer y se opuso abiertamente a la contratación del polémico Scaramucci, un empresario del sector financiero cuya huella en las redes sociales demostraba su escasa identificación con la línea dura de Trump. Es más, se mostraba partidario de los derechos de los colectivos homosexuales y elogiaba a Hillary Clinton como la mejor opción para el Gobierno estadounidense en las últimas elecciones.

Reto al jefe de gabinete

«Si Priebus quiere demostrar que no es un filtrador, dejémosle que lo haga. No hay ningún problema», confesó en otra de sus apariciones públicas tras anunciar que «tras haber realizado un gran trabajo en los últimos cinco días» cuenta con una muy buena idea acerca de quiénes son los responsables de estos actos».

«Somos como hermanos. Unos se llevan como Caín y Abel y otros discuten y lo arreglan»

«Hay gente dentro de este Gobierno que cree que su labor es salvar a Estados Unidos de este presidente. Ese no es su trabajo», subrayó Scaramucci en defensa de su obsesión por frenar las fugas de información del entorno presidencial y anunciando que dispone de un plan para evitar que se sigan produciendo.

En un intento por mostrarse conciliador, Anthony Scaramucci no dudó en calificar su relación con Reince Priebus de fraternal, aunque su mensaje incluía ciertos detalles llamativos: «Somos como hermanos. Hay hermanos que se llevan como Caín y Abel y otros discuten los problemas y luego los arreglan».

El choque entre el director de Comunicación y el jefe de gabinete, dos de los cargos más próximos a Trump, evidencia el clima de confrontación interna que se vive en la Casa Blanca entre las distintas facciones del Partido Republicano, que han hecho de las filtraciones el mejor método para ajustar cuentas y ganar influencia sobre el presidente.