Texas Hold'em... cuando el póker genera pasiones

LA VOZ REDACCIÓN

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El Casino de Asturias organiza torneos casi cada día alternativamente en Gijón y Oviedo

01 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy, dentro de nuestras visitas a los centros de entretenimiento más importantes de Asturias volvemos al Casino de Asturias, para en este caso vivir y conocer que es y cómo se vive un torneo de Texas Hold’em. Esta modalidad de póker y su versión sin límite de apuestas hace furor desde hace unos años.

El Casino de Asturias organiza torneos casi cada día alternativamente en Gijón y Oviedo.

Hemos querido pasar y así poder descubrir que hay de mito y que de realidad en lo que sobre este mundo nos cuentan los medios.

Nada más llegar al Casino alrededor de las siete y media de la tarde, en este caso de Gijón en su torneo semanal del jueves, nos sorprende la cola de jugadores que se forma en la recepción a menos de 20 minutos del comienzo del torneo. Esto nos da la primera pista del momento que vive esta modalidad de juego, más si tenemos en cuenta que es un jueves cualquiera y el torneo no termina casi nunca antes de la una y media de la madrugada.

Casi todos los jugadores parecen conocerse más o menos, y en la previa al torneo comentan las manos del torneo anterior, las anécdotas, las previsiones para el nuevo día etc. lo que en definitiva genera un buen ambiente.

El público que asiste a estos torneos es muy heterogéneo, de todas las edades, muchos llegados de provincias limítrofes.

Se escucha por la megafonía de la sala la voz del director del torneo diciendo “Bienvenidos al Casino de Asturias…”, todo comienza, pero no vemos más de un 50 o 60% de los jugadores situados en sus lugares sino una llegada paulatina a las mesas, sin prisas; Pronto nos explican que los jugadores en los primeros niveles pueden “jugar” sin estar presentes en la mesa, ya que una vez inscritos van consumiendo ciegas (apuestas iniciales obligatorias) lo que posibilita que muchos de ellos puedan llegar después de iniciado el torneo.

En un primer paseo alrededor de las mesas vemos que los amuletos abundan entre los jugadores, sorprendiendo también como muchos buscan desinhibirse y concentrarse con unos auriculares en los que escuchan su música favorita.

Empiezan a verse los primeros eliminados del torneo, pasando de 70 jugadores iníciales a no más de 50 en poco tiempo.

Las ciegas aumentan en cada nivel al mismo ritmo que la tensión va subiendo en la sala. Ante un farol muy llamativo el resto de jugadores felicitan al jugador que hizo el farol tocando la mesa con la palma de la mano, siendo este uno de los muchos gestos del lenguaje verbal y no verbal del mundo del póker.

Por fin llega el merecido descanso de cada torneo donde los jugadores invaden las zonas de barras en busca de una cena regenerativa, de la que sorprende que no se piden un bocadillo precisamente sino casi siempre un buen plato de la carta del afamado restaurante del Casino (As de Picas) regado con un buen vino o cerveza.

Finalizado el receso y ya con las pilas cargadas los jugadores vuelven a la sala de juego donde intentarán aguantar hasta la mesa final, en la cual se reparten los premios que por cierto son cuantiosos.

Hoy parece que el torneo se alarga por lo que los últimos 4 jugadores deciden “pactar” el premio y dividírselo a partes iguales; El que menos fichas tiene esboza una sonrisa de victoria… realmente con más tiempo no tendría muchas opciones.

Una vez más el Casino de Asturias nos sorprende con una perfecta organización que invita a conocer el porqué del éxito de estos torneos que se han convertido en un clásico del Casino.

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