Temer afirma que tiene los apoyos suficientes para evitar ser destituido en el Senado por corrupción

Miguel Piñeiro Rodríguez
MIGUEL PIÑEIRO BRASILIA / CORRESPONSAL

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Joédson Alves | EFE

El sistema judicial brasileño dictamina que la denuncia contra el presidente debe pasar antes por el Parlamento

02 ago 2017 . Actualizado a las 07:28 h.

Michel Temer quiere remachar su particular bola de partido para alejar una primera denuncia por corrupción pasiva que la Fiscalía General de Brasil presentó en su contra. La Cámara de Diputados debatirá hoy en una sesión que se prevé tensa si valida o no el proceso judicial contra el presidente del Gobierno, quien asumió el cargo por la inhabilitación de Dilma Rousseff -víctima de una acusación por mala gestión- y quien de ser condenado sería apartado del puesto.

El pasado mes de abril, el exdiputado y asesor más cercano a Temer, Rodrigo Rocha Loures, fue grabado recibiendo una maleta con medio millón de reales. El fiscal general de la República, Rodrigo Janot, cree que el dinero provenía del gigante alimenticio JBS y que el destinatario era Michel Temer, quien debía amañar unos contratos de la empresa con Petrobras. Es solo un episodio más dentro de las muchas que aparecen en la operación Lava Jato, que sacudió el panorama político brasileño desde su estallido hace ya más de tres años.

El cuórum en la sesión de hoy es el caballo de batalla en las horas previas. La sesión abrirá a las nueve de la mañana y se necesita que haya al menos 342 diputados presentes cuando arranquen las deliberaciones sobre el futuro del presidente.

Temer quiere que haya votación a toda costa, convencido de que cuenta con los apoyos necesarios para tumbar cuanto antes la denuncia. Para ello, no dudará en mandar al Parlamento a los ministros que fueron excusados en su papel de diputados cuando asumieron sus respectivas carteras. La oposición, por su parte, está dividida, pero el Partido de los Trabajadores, el bloque mayoritario contra Temer, no vería con malos ojos aplazar lo máximo posible la votación para dejar sangrar la herida del presidente.

El sistema judicial brasileño dictamina que la denuncia contra el presidente debe pasar antes por el Parlamento. Michel Temer superó el primer trámite en la Comisión de Justicia, no sin antes aflojar partidas presupuestarias por cerca de 16 billones de reales para resolver las dudas de aquellos diputados que las tuvieran. Ahora, se enfrenta al episodio decisivo en la Cámara de representantes.